El sur de Gran Canaria también representa otro fascinante escenario, como tantos y tantos de los que se encuentran a lo largo de un sucinto y detenido recorrido por la isla.

Hoy, de la mano de Viajes Barceló, les ofrecemos este viaje.

Gran Canaria ofrece al viajero mucho más que playa y buen tiempo. Sus pueblos de interior son buena muestra de ello. Como también lo son sus yacimientos arqueológicos y los impresionantes paisajes volcánicos que nos regala su orografía, entre los que destacan el Roque Nublo y la sobrecogedora caldera de Bandama. Ahora bien, a nadie se le escapa que el principal reclamo turístico de la isla es su increíble oferta de playas, la cual se concentra fundamentalmente en la franja sur.

Entre ellas, no podemos dejar de mencionar la playa del Inglés, con sus tres kilómetros de arena dorada y sus mansas aguas. Situada frente al núcleo turístico homónimo, uno de los puntos fuertes de esta playa es que cualquiera puede encontrar en ella su sitio de desconexión. Así, las familias disfrutan especialmente en el sector norte, donde se hallan los principales servicios (restaurantes, pistas deportivas…), mientras que los surfistas y nudistas frecuentan la zona sur, la más próxima a la Punta de Maspalomas, en la que el paisaje se vuelve más salvaje.

Limita con ella la playa de Maspalomas, integrada en su famosa reserva de dunas, que ha sido declarada “reserva natural especial” por el gobierno canario. Se trata de un impresionante conjunto natural de 400 hectáreas, las cuales engloban, además del campo de dunas vivas y la playa, una charca de agua salada y un exótico palmeral. Para obtener las mejores panorámicas de la reserva hay que dirigirse a su mirador. Seguro que la estampa formada por los montículos de arena, en primer plano, y el azul del Atlántico, al fondo, es una de las imágenes que nunca olvidaréis de Gran Canaria. El otro gran atractivo de esta playa es el faro de Maspalomas, un espigado vigía costero que alcanza los 60 metros de altitud y que en 2019 se reabrió al público tras permanecer diez años cerrado. Actualmente alberga un centro etnográfico, una oficina de información turística y una tienda de artesanías.

Si bien las dos playas mencionadas son las más famosas de Gran Canaria, el litoral sur atesora en escasos kilómetros otras poblaciones costeras que se presentan como alternativas muy interesantes para disfrutar de la eterna primavera insular. Es el caso del pueblo pesquero de Arguineguín, con su pequeño puerto y su cofradía de pescadores, donde siempre se degusta un excelente pescado fresco; de Anfi del Mar, uno de los destinos predilectos para familias que buscan playas de aguas tranquilas; y de Puerto Rico de Gran Canaria, punto de partida de diferentes excursiones en barco que se adentran en el océano para avistar delfines.

Especialmente encantador resulta Puerto de Mogán, o la Venecia de Canarias, que es como algunos ciudadanos locales denominan a esta localidad de casas blancas decoradas con cenefas de colores y buganvillas, las cuales descienden por sus fachadas formando arcos vegetales de singular belleza.