Más de 2.500 personas se dan cita en una celebración con más de 40 años de tradición y convocatoria popular.

EA mediodía del jueves, dentro del programa de actos y convocatorias en el programa de las Fiestas en honor a San Fernando, ha tenido lugar la una celebración costumbrista y tradicional como es el Asadero de pescado.

En el mismo se utilizaron 1.000 kilos de caballas de Arguineguín, 70k de papas arrugas, 100k de pella de gofio y 40 litros de mojo para celebrar el Día Grande de las Fiestas en honor a San Fernando.

Más de 2.500 personas hicieron la cola para degustar el delicioso menú, en una cita que cuenta ya con más de 40 años de tradición y donde son ya dos, las generaciones que participan en la preparación, cocinado y servicio de los platos. En este sentido Yilenia Vega, concejala de Festejos y Eventos del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, agradeció a los más de 30 voluntarios, en su mayoría residentes en el El Poblado de Maspalomas, “la ganas, el esfuerzo y el cariño con el que preparan este día” y celebró que “se hayan unido los hijos de los vecinos que realizan esta labor, ya que con ellos tenemos garantizado el relevo generacional”.

En este día, todos los voluntarios tenían en mente a Suso Guerra, vecino de El Poblado que falleció recientemente y que era un habitual en la organización de esta jornada, “en honor a él es la celebración de este día” comentaron algunos de los participantes. Junto al olor a carbón y a caballa asada, sonaba en el escenerio instalado junto al CEIP San Fernando, la verbena del Solajero a cargo de Paco Guedes y su hijo Apolo, quienes no sólo hicieron la espera más agradable sino que animaron a todos a bailar, para bajar la comida, hasta media tarde, en una celebración alegre, divertida, y, claro es, con unas excelencias gastronómicas que han degustado todos los asistentes.

Cabe destacar que esta celebración tiene una doble vertiente, y es que no sólo se celebra el Día del patrón de Maspalomas sino además el Día de Canarias, por lo que se entremezclan devoción y tradición. Es un día de reencuentro familiar y vecinal muy arraigado entre los habitantes del pueblo quienes invitan a sus más allegados para compartir este almuerzo tan tradicional de las Fiestas de San Fernando.