El gran sueño turístico. En 1970 ya se diseñaban los primeros apuntes en San Bartolomé de Tirajana como un gran municipio turístico. Desde «Maspalomasplus.com» hemos ahondado por la hemeroteca y descubierto, este artículo, «San Bartolomé de Tirajana, municipio turístico», que aparecía publicado en la revista «Costa Canaria», que hoy les ofrecemos. Un artículo, escrito 52 años atrás. Probablemente serían muy pocos los que se imaginasen la inmensa evolución turística de San Bartolomé de Tirajana.

Imagen publicada en el artículo «San Bartolomé de Tirajana, municipio turístico» (1970)

Gran Canaria es tierra de contrastes, de sorpresas tan impresionantes, que para conocerla en su pleno sentido, deberemos intrincarnos por ella en variadas direcciones. Gran Canaria no puede ser captada en sus esencias si no es recorriendo detenidamente, casi paso a paso, toda su siempre bella extensión.

La isla reparte generosa su hermosura entre los más dispares aspectos paisajísticos que la forman. A la hora de recordar, no caben comparaciones, y el viajero siente la necesidad de volver a contemplar todos y cada uno de los lugares en sí mismos. El
calificativo justo, será elogioso siempre; recaerá en la isla entera, en este mundo distinto, cruce de todos los vientos y de todos los grandes viajes humanos: isla de Gran Canaria.

En 1970 ya se veían en Maspalomas fotografías como esta, publicada en la revista «Costa Canaria».

Hoy, desde las finas playas del sur, donde la mar deja en caricia su poder, desde los arenales blancos, dorados, que espejean al sol, desde el onírico paisaje de dunas rizadas por la brisa que cercan a un oasis, queremos dirigirnos hacia el centro, ascender, alcanzar las alturas para admirar otras cumbres más altas o, quizás, el mar nuevamente al otro lado de la isla. Nuestra meta es el admirable pueblo de San Bartolomé, mirador natural hacia el corazón de Gran Canaria. Y comienza una rápida, ininterrumpida sucesión de bellezas.

En 1970 ya iban apareciendo villas de estas características en Maspalomas (Fotografía aparecida en la revista «Costa Canaria».

Como una pirámide que se levanta de las aguas, la isla va escalonando nuestra visión con inesperados panoramas. El paisaje es austero, áspero, desafiante, incluso; roca que no quiere ceder en grandeza al mismo mar que la circunda. La carretera se eleva
ceñida al abismo, por estrecha cornisa a cuyos pies hay valles de verdor, villas entre palmeras, armonía de cultivos y caseríos que ya nos parecen diminutos.

El aire es perfumado, límpido como cristal de un sueño; todo queda minúsculo y lejano, muy cerca del horizonte azulado del mar. Nos cercan montañas formidables, inmensas rocas, insomnes en un silencio grave. Nos sobrecoge y nos atrae, casi con
vértigo, la magia de un paisaje insospechado. No acertamos a calificar ni relacionar estos paisajes; podríamos imaginarnos en otro planeta, o ante primigenios aspectos de la Creación. Se nos impone una muda contemplación emocionada.

Las colosales fortalezas, por ejemplo, constituyen la imborrable visión de un mundo sólo posible en la asombrosa Gran Canaria. El pueblecito de Fataga graba en nuestro ánimo otro recuerdo singular. El valle de Tirajana se abre espléndido hasta la base misma de Los Pechos, bastiones imponentes de la Cumbre. El pueblo de Santa Lucía rodeado de altísimas palmeras, es otro de los lugares notables en nuestro recorrido. , .

Una vez alcanzado San Bartolomé de Tirajana, se nos ofrece una insólita panorámica canaria. Ahora sí podemos afirmar que conocemos uno de los aspectos más bellos y característicos de la isla. La impresionante ascensión culmina en este extraordinario mirador, en este pueblo impar, cuya contemplación resulta inexcusable en toda visita detenida a la isla. Los atractivos turísticos de este fantástico balcón son numerosos: la suavidad de clima el aire purísimo, una tibia temperatura, el autentico tipismo encantador y recóndito de sus calles y plazas.

Fotografía de Maspalomas, 1970, publicada en la revista «Costa Cálida».

Todo esto nos obliga a considerar con absoluta justicia a San Bartolomé de Tirajana, como lugar de preferente interés turístico.
Se impone llegar a este magnífico mirador, para considerar con certeza, hasta que punto la variedad y contraste de las diversas zonas de la isla hacen de ésta un verdadero, único y personalísimo pequeño continente. Y como contraste de belleza
completa, las maravillosas playas de San Agustín, El Inglés, Maspalomas, Pasito Blanco… sinfonía interminable de los más acreditados lugares del turismo mundial.

Esta zona de Gran Canaria constituye sin duda el más impresionante boom turístico de las últimas décadas. Lanzamiento constante de una región inagotable en genuinos recursos turísticos cuyo encomio corresponde por entero a cuanto a ella vienen a gozar de unas vacaciones a nivel de ensueño paradisíaco.

La extensa región de San Bartolomé comprende los aspectos varios en sus máximas expresiones de hermosura en un recorrido fácil, agradable, como un paseo sedante por cualquiera de sus tibias, amables, únicas e inolvidables playas.

NOTA: La fotografía de la portada también aparece publicada en el año 1970 en la revista «Costa Canaria».