Las oleadas de inmigrantes africanos a Canarias no paran de llegar, ante la negligencia y pasividad de Pedro Sánchez, el rey Mohamed VI de Marruecos, y presidentes de otros países

Escribiendo, como siempre señalamos en este tema con la mayor solidaridad y sensibilidad hospitalaria ante la problemática de terceros, un total 24.160 migrantes han entrado a España de forma irregular en lo que va de año, 13.336 personas más (es decir, un 123%) que en el mismo periodo de 2023 (10.824), según el último balance del Ministerio del Interior. Desde enero hasta el 15 de junio de 2024, 18.977 lo han hecho a través de las islas Canarias.

Del total de migrantes que han llegado por vía marítima, 18.977 han entrado en Canarias, un 220,9 por ciento más (13.063) que en el mismo periodo del año anterior, cuando arribaron 5.914. Estos han llegado a bordo de 290 embarcaciones, un 130,2 por ciento más que en 2023, cuando llegaron 126.

Unas cifras que representan y suponen toda una tragedia por cuanto todos aquellos que huyen de sus países, por diferentes tipos de cuestiones, como las derivadas preferentemente de índole política, social, económica e industrial, y que se generan a raíz tanto de la pasividad y dejación de funciones por parte de los máximos responsables políticos de España, Pedro Sánchez, como el rey Mohamed VI, de Marruecos, y de otros países como Mauritania, Senegal, Mali, Costa de Marfil…

Junto a ello es de destacar la operatividad y efectividad de las mafias criminales a ambos lados del mar, que trafican, de forma y modo miserable, con seres humanos que arriesgan sus vidas, mientras las islas Canarias, día a día, continúan llenándose de inmigrantes ilegales africanos y de quienes, en definitiva, nadie sabe ni quiénes son, ni dónde residen, ni cómo ni de qué viven, ni cómo llevan a cabo el día a día, en un país desconocido para ellos, como es el caso de España, sin hablar la lengua castellana…

Pero el hecho evidente es que las cifras hablan por sí solas.

Los emigrantes ilegales africanos, sobre todo procedentes de los países del noroeste de Africa, del este y subsaharianos, se inclinan por llegar como sea las costas canarias, a lo largo de unas travesías que suponen todo un riesgo y un peligro: Numerosos días a bordo de una patera, de un cayuco, de una lancha neumática, atiborradas de personas… ¿El agua? ¿la comida? ¿el sol? ¿El frío? ¿El descanso? ¿El sueño? ¿El sentido y estado anímico? ¿Y la llegada a un nuevo destino?

Todo son preguntas que, en definitiva, nadie responde, y que nadie quiere responder, para no verse involucrados en otras problemáticas.

El hecho evidente es que cada día aumenta, y en cifras verdaderamente significativas, la presencia de inmigrantes ilegales africanos a quienes no se les ve trabajando en el campo canario, donde tanta falta hace la mano de oba, ni tampoco en la construcción, que también requiere de mucho empleo?

¿Y eso?

Pues ya nos dirán los lectores y las autoridades y responsables correspondientes.