Esta carta abierta está dirigida a la clase política, a sus formaciones y a cuantos de uno u otro modo dirigen las riendas del municipio, y a los que aspiran a dirigirla, políticamente hablando, a partir del 28 de mayo, fecha en la que tendrán lugar las próximas elecciones municipales y autonómicas, y que les dirigimos, con tanto respeto como consideración, esta Carta, con la que tan solo pretendemos defender los intereses de los ciudadanos. Pero también va dirigida a todos los ciudadanos y votantes, que, en definitiva, son quienes marcan, con su voto, las líneas de acción del nuevo gobierno municipal que habrá de salir de las urnas.

Sepan ustedes que todos nos jugamos mucho en esas elecciones del 28 de mayo, en la que los ciudadanos, una vez más, podrán pasar revista a lo acaecido estos últimos cuatro años desde el Ayuntamiento, y lo que desean, en sus esperanzas, a partir de ese día.

Ha llegado, pues, la hora de la verdad. Y en la que los ciudadanos tienen la palabra, con su voto, en defensa de unos planteamientos, que son los que necesita Maspalomas y el municipio de San Bartolomé de Tirajana para defender lo mejor posible las riendas de esta Comunidad, eminentemente turística, y en unos momentos especialmente difíciles. Y que, tras la larga crisis de la pandemia, añade la de la inflación subyacente, que está desgarrando a jirones numerosos sectores de la sociedad española en general, y canaria en particular, cuando más se necesita de ese tirón, siempre vital, en la economía, como es el turístico.

Un momento tan delicado como difícil, que necesita de una extraordinaria vocación de servicio por parte de sus líderes, políticos, empresariales, sociales, económicos, industriales, y reforzar, al máximo, la potencia turística. Más, aún, teniendo en consideración que la Comunidad Autónoma de las Islas Canarias se encuentra, lamentable, penosamente, en uno de los furgones de cola de la economía española.

Lo que es de reconocer. Más, aún, en estos delicados momentos. Si se quiere, aún, con una mayor intensidad para que, a la hora de defender a Maspalomas, a San Bartolomé de Tirajana, a Gran Canaria, se exija, más, mucho más, a cuantos aspiran a dirigir las riendas de su ordenamiento municipal. Las cosas y los principios, como punto de partida, claros. Para que luego nadie se llame a engaños.

Los cargos políticos tienen que asumir las cargas derivadas de su representación. No está la cosa para grandes y sorprendentes festejos despilfarradores, como hemos visto recientemente, mientras los índices de paro, entre otros, pero más fuerte aún en la juventud, son desgarradores y demoledores.

Esta es la hora de dar la cara de verdad, con las cuentas claras, con las promesas en base a la lucha de los intereses ciudadanos, y no a otras cuestiones. Quisiéramos creer que se nos entiende…

El 28 de mayo se avecina a una velocidad de crucero… Y en tres meses es la gran cita con las urnas…