“En el Sur de Gran Canaria gran parte de la historia se ha transmitido de forma popular, mediante anécdotas de los trabajadores y sus familias transmitidas a sus hijos y nietos. Así hemos podido ver, la evolución de esta zona de la Isla”.

Destacar el papel de la mujer como transmisora de las costumbres y la historia de generación en generación es una de las herramientas que emplean las ponentes del Taller de Creación e Interpretación Mujeres, Escena y Memoria que se imparte en la XXXI edición de la Universidad de Verano de Maspalomas.

Las mujeres han sido las principales transmisoras de la memoria familiar y local durante siglos y usar esta realidad nos ayudará a trabajar sobre el escenario desde el punto de vista interpretativo”, describe Carmen Márquez, una de las profesoras, miembro de la Junta Directiva de la Academia de las Artes Escénicas de España y docente en la ULPGC.

Márquez trabaja en una línea de investigación que une memoria y mujer y la lleva al teatro y a la interpretación basándose en un principio innato que aflora en este proceso artístico: el cuerpo guarda memoria. “Esto implica que muchas de las acciones que la mujer desempeña en escena salen del subconsciente y de forma natural”.

Las sesiones del taller, al que asiste una veintena de personas, combinan lecciones teóricas y prácticas de forma que el alumnado pueda aportar su visión a un campo que quizás” antes no había tocado, el de las artes escénicas.

Las clases contienen nociones y herramientas como calentamiento de voz, ejercicios de dicción, ligeros movimientos físicos que ayudarán a los intérpretes a situarse en escena para contar su visión y su versión de la historia popular, paso a paso, historia a historia.

En el Sur de Gran Canaria, por ejemplo, gran parte de la historia se ha transmitido de forma popular, mediante anécdotas de los trabajadores y sus familias transmitidas a sus hijos y nietos. Así hemos podido ver, por ejemplo, la evolución de esta zona de la Isla”, asegura la ponente.

De esta forma “conseguiremos transmitir la importancia de que nos contemos nuestra propia historia, desmarcándonos de las pantallas y de otros medios y haciendo pervivir las antiguas formas de saber”.

El avance diario del alumnado podrá recogerse en una muestra final que se realizará el quinto día del curso y donde las personas inscritas “tendrán la oportunidad de mostrar lo aprendido en facetas que trabajaremos, como la dicción, la creación de historias propias y el contarlas haciendo uso de herramientas de interpretación de cara a los demás”.

En las sesiones más teóricas, las ponentes hablarán de la memoria libresca y también de la intrahistoria, esos acontecimientos cotidianos que configuran al ser humano y que no aparecen en los libros académicos. “Construiremos hechos desde la memoria en el mundo”, apunta Márquez.