La incertidumbre constante y contínua sobre la situación en el Campo Internacional de Maspalomas, en el que viven miles de familias, llama, ya, a la máxima consideración de los responsables municipales.
Los residentes en el Campo Internacional de Maspalomas, repleto de complejos de diverso tipo, como los extrahoteleros, cada día más llamados a desaparecer del escenario por los abusos continuados de las explotaciones (y, en determinados casos, sus explotadores) es una caldera hirviente. Y que, cualquier día puede estallar por todas partes.
Resulta sencillamente, que el Campo Internacional de Maspalomas, a pesar de su habitabilidad, no está entregado al Ayuntamiento. Pero sus residentes pagan, religiosamente, los impuestos municipales así como los diferentes servicios. Lo que lleva a reflexionar en qué intereses tan fuertes y férreos se esconden detrás de esta situación que, por anómala que parezca, es una realidad tal cual.
Un motivo por el que la zona referenciada, incursa en el Campo Internacional de Maspalomas, de un extraordinario relieve turístico, en vanguardia de España y de Europa, se muestra bastante descuidada por el Ayuntamiento: Peligrosos baches en las calles y aceras, falta de luz, deficiente señalización, jardines abandonados, falta de vigilancia, amplias extensiones de terrenos descuidadas más las correspondientes desatenciones municipales de todo tipo y condición. Un ejemplo bien sencillo. En plena campaña de elecciones la entonces alcaldesa, la socialista Conchi Narváez, presumió del asfaltado en más de ciento cuarenta calles… Pero, sorprendentemente, ninguna de ellas se correspondía con el Campo Internacional a pesar del tránsito que soporta el mismo.
Todo un cúmulo de desatenciones que no conducen, precisamente, al mejor camino
Conflictos y más conflictos, dentro de un misterioso enigma social, político, residencial, urbanístico, económico, municipal, hasta que algún día se produzca una desgracia. Y, entonces, más de uno tendrán que apechugar con sus responsabilidades. Y muy serias, ojo. Por lo que no pretendemos, bajo ningún concepto, imaginarnos en un escenario de esas características.
Pero es evidente que el Ayuntamiento de la socialista Narváez se ha marchado, afortunada, pero vergonzosamente, sin haber recepcionado el Campo Internacional. Donde, así mismo, se produce, de modo constante y permanente en el tiempo, una larga serie de conflictos. Explotaciones turísticas extrahoteleras en las que los responsables de la Explotación, y por tanto de un negocio privado, han ejercido como administradores de los referidos Complejos, dando paso a a numerosas ilegalidades: De construcción, de segregaciones, de no pago por parte de la Explotación a la comunidad de propietarios a pesar de contar con apartamentos y bungalows para su beneficio, de no pago de servicios de agua y luz, de construcciones que no coinciden con los planos iniciales, con extrañas segregaciones de terrenos en plena Comunidad de propietarios, en las que hasta inclusive el cuarto de contadores y aljibe figura a nombre de la explotación, cuando debe de ser la Comunidad, en las que hay servicios públicos, restaurantes, cafeterías, sin contadores y cuyo recibo se carga a los comuneros… Complejos los que en ocasiones se pasa a los comuneros extrañas derramas sin apoyo ni cobertura de las facturas correspondientes, y que en alguna ocasión han sido denegados por la propia comunidad por «abuso inadecuado y excesivo de la Explotación, con terrenos extraídos al propio Ayuntamiento, pero inscritos, posteriormente, de modo notarial, donde hay Explotaciones que no cumplen los mínimos exigidos por la ley para mantener las mismas. Un caos pavoroso, en suma, en muy perjudicial para los residentes y comuneros.
Más el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana ha sido, en este caso, al menos hasta ahora, remiso a todo. Se viven dos realidades diferentes. La del Campo Internacional y el resto de Maspalomas. A raíz, al parecer, de un duro contencioso entre la administración local y, al parecer, algunos sectores empresariales… Pero desde el Ayuntamiento se prefirió, desde hace largo tiempo, demasiado tiempo, hacer oídos sordos y mirar para otro lado. Aún a pesar de los documentos oficiales, de los planos iniciales, de los informes periciales, de abogados, del Registro de la Propiedad, del Catastro,…
Hasta que un día todo, por el motivo más imprevisto, pueda estallar… Y ya veremos, entonces, qué es que lo pudiera acaecer. ya señala el dicho popular que «Nunca pasa nada, hasta que pasa».
Y que conste que no se trata de una figura literaria y metafórica. El Campo Internacional de Maspalomas, en un lugar de señalada referencia turística, como exponíamos anteriormente, se necesita, se precisa y se requiere de una urgente revisión, examen, inspección de sus normativas y retomar el camino más legal…
De lo que queremos dejar constancia, clara y expresa, manifiesta, por el bien de todos. Residentes, empresas y Ayuntamiento, en deseo y voluntad de que impere la ley.
Y a buen entendedor, pocas palabras bastan.