Así nos lo cuentan y así se lo trasladamos a nuestros lectores y amigos
Por Juan de la Cruz
Está en una siempre dulce calma la mar atlántica, siempre impresionante y sugerente, atractiva y coloreada con primorosas tonalidades, con sus olas cantando sin cesar en ese rumor de sosiego y de serenidad que transmiten de forma eterna y dulce, y Maspalomas, crece y se expande por esa gran vía láctea como se conforma con el reto turístico de cada día…
El horizonte se cuaja, repleto de hondura, y, al tiempo, de una belleza infinita, como una acuarela permanente del pintor bohemio y sin, prisas, que hace virtud de su calma, trasladando, pincelada a pìncelada, su visión cruzada de horizonte y de mar, que intenta recrear sabia, pacientemente, a su lienzo, que se recrea de magia. A todas horas. El pintor con su inveterada pipa, con su larga barba canosa por el paso y el peso y el poso de los años, con su alemán cruzado de palabras españolas, con su rostro cuajado de arrugas como los surcos del campo extremeño, con su infatigable camisa de cuadros blancos y negros, con sus zapatillas coloreadas, con su sombrero panameño…
Una cerveza en San Fernando de Maspalomas
Se recrea el primor de esa musiquilla dulce del run-run de las olas, del ruido de las piedras arriba y abajo, según el capricho de las olas, el batido de las alas de las gaviotas…
Tras ese garbeo por la playa, siempre dulce y sugestiva, el articulista se da una vuelta por el centro de San Fernando de Maspalomas, que tampoco es que se encuentre en perfecto estado de revista, y pegarle a la hebra, que eso siempre resulta la mar de sano, y genera el hábito a caballo entre la hora de la cerveza y run run callejero…
Un contertulio espabila la mano derecha y se escucha ruido al chocar de los dedos anular y corazón. Y dice:
— Ya sabes que hay quienes dan caña a Maspalomasplus ¿no?
Con tantos años de duro oficio periodístico el articulista se lanza un trago del líquido amarillo que a eso de mediodía sabe de maravilla. Más, aún, con estos imprevistos calores. La verdad es que el contertulio debe de ser un santo, que ya sabemos que uno de los instintos de muchos mortales consiste en dar caña a diestro y siniestro cuando el o la protagonista de alguna noticia o información no se encuentra a gusto con la misma.
Y añade el interlocutor;
— Es me han contado, según buenas fuentes, que un concejal cabreado ha dicho «¡Joé con las historias de «Maspalomasplus.com«.
El articulista tampoco es que se inmute demasiado…
— ¿Y…?
— ¡Carajo, que es en serio…! Que me cuentan de buena fuente, que alguien ha dicho: «¡Joder con las historias de maspalomasplus.com…!» y que se ha pillado un rebote…
A lo que el periodista responde:
— Eso no es nada, hombre. Será que alguien se ha sentido estremecido por alguna cuestión menor… ¿No había ningún adjetivo calificativo personal?
Risas. El amigo responde:
— A mí no me lo han dicho…
Alzamos la copa…
Con el tintineo del cristal de las copas, el periodista añade:
— Si solamente ha dicho eso puede que sea hasta de indulgencia plenaria…