Un trabajo publicado en «Nature», realizado por investigadores españoles, proporciona nueva información sobre el misterio que rodea la colonización original de Canarias.
El pasado lunes el periódico «El Confidencial» publicaba un trabajo muy importante sobre el origen canario, firmado por el periodista y escritor Héctor García Barnés, en base al trabajo aparecido en la prestigiosa revista científica inglesa «Nature«.
Un trabajo muy interesante y que reproducimos íntegramente para conocimiento de los lectores del periódico digital «maspalomasplus.com«.
Cuando a comienzos del siglo XV dio comienzo la conquista de Canarias por parte de la Corona de Castilla, los colonos se encontraron tanto con un rico y variado archipiélago como con un misterio. Los distintos pueblos aborígenes que residían en las islas parecían congelados en el tiempo al otro lado del continente africano. Solo quedaban un puñado de leyendas para intentar adivinar de dónde habían salido esos pueblos redescubiertos por navegantes europeos más de un milenio después del inicio de su primera colonización.
Cada día sabemos más del origen de los linajes canarios. La revista Nature acaba de publicar un estudio realizado por investigadores canarios que probablemente sea uno de los trabajos definitivos sobre su linaje genético. En «The genomic history of the indigenous people of the Canary Islands«, sus autores han analizado el genoma completo de 40 individuos de entre los siglos III y XVI repartidos por todas las islas para comprender cómo se produjo ese proceso de colonización de sus primeros habitantes.
«Hemos visto que no fue un poblamiento fortuito de unos pocos individuos que llegaran por azar a las islas», explica la genetista y coautora del estudio Rosa Fregel, de la Universidad de La Laguna, que atiende a El Confidencial junto al coautor Javier Serrano. «Desde el punto de vista arqueológico, ya se sabía que había sido un proceso de colonización bien pensado, en el que los primeros habitantes llegaron con animales domésticos y semillas para sobrevivir«.
Es el primer trabajo que se ha realizado a partir del análisis del genoma completo hallado en los aborígenes canarios. Los científicos ya habían realizado un estudio previo con ADN mitocondrial, «que da una visión sesgada porque es una molécula muy pequeña que solo refleja los genes maternos», explica Fregel. Su principal objetivo, entender las diferencias entre las distintas poblaciones insulares, que tenían componentes tanto del paleolítico y neolítico temprano del norte de África como del neolítico temprano europeo. Estos son algunos de sus principales hallazgos.
Poblaciones pequeñas y aisladas, poblaciones grandes
El hallazgo más importante para Fregel es la diferencia que han encontrado entre aquellas islas con una población más pequeña y aislada y otras más grandes y diversas. En el primer grupo se encuentran El Hierro, Lanzarote y Fuerteventura, y en el segundo, Tenerife, Gran Canaria y La Palma, con La Gomera en algún punto intermedio.
Réplica de la momia guanche que se conserva en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
(Efe. Ramón Rocha)
«Al menos las poblaciones de Tenerife y Gran Canaria eran lo suficientemente grandes para retener esa diversidad genética, es decir, llegó una cantidad importante de personas al archipiélago», explica Fregel. «Lo que ocurrió después fue que cada población insular se encontró con una realidad distinta, impuesta por el clima o por los recursos disponibles en cada una de las islas».
¿Islas aisladas?
Este análisis genómico sugiere que durante todo ese tiempo había mucho menos intercambio entre las islas de lo que podía parecer, uno de los aspectos más controvertidos sobre la prehistoria canaria. «Es algo en lo que todavía no existe consenso», explica Fregel. «Desde un punto de vista histórico, las crónicas históricas de los europeos cuando llegaron a Canarias hablaban de que eran poblaciones similares a los bereberes y que hablaban un idioma similar al suyo, pero que identificaban como dialectos distintos, lo que les llevó a pensar que probablemente estaban aislados».
Su análisis del ADN mitocondrial les llevó a sospechar que en las islas más pequeñas y con menos recursos, como hemos visto, la diversidad genética era menor, como ocurre en El Hierro, La Gomera, Lanzarote y Fuerteventura, lo que equivale a «un aislamiento de esas islas, pues no estaban recibiendo población del exterior y probablemente no fueran capaces de mantener poblaciones muy grandes, lo que hizo que a la larga se produjera una pérdida progresiva de esa diversidad genética».
Apariencia de los africanos
La investigación señala que el hecho de que los aborígenes canarios provenientes del norte de África estuviesen tan aislados de migraciones como las invasiones musulmanas los convierte en una reserva humana que nos ayuda a entender cómo eran los africanos de la época. Un canario moderno tiene más cercanía genética con un norteafricano del pasado que un norteafricano moderno.
«La población aborigen de Canarias puede considerarse un reducto de cómo sería la población norteafricana durante la Edad de Hierro, nos da una idea de cómo era la composición de esas poblaciones antes de que llegaran las migraciones de la península arábiga, los romanos o los fenicios«, explica Fregel. «Nos ayuda a entender un poco mejor cómo fue la prehistoria del norte de África».
¿Este europeo, oeste africano?
El estudio llama la atención sobre el hecho de que existen llamativas diferencias entre el ADN de las islas del este y las del oeste. Mientras que Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canariatienen una marca genética más cercana a la de la población europea del momento, las del oeste (La Palma, La Gomera, Tenerife y el Hierro) son más afines al norte de África prehistórico.
«Es complejo, porque cuando tú hablas de población europea, a lo mejor la gente se piensa que los de las islas occidentales eran norteafricanos y los de las islas orientales europeos y no es así», matiza la investigadora. «Tenemos que pensar que, al final, todo nuestro genoma es un mosaico de las poblaciones que se han movido en la región en que hemos nacido. Cuando la población norteafricana decidió ir a Canarias, ya era un mosaico de distintos componentes poblacionales, algunos autóctonos norteafricanos y otros de poblaciones que migraron al norte de África. Es fácil pensar en bloques, pero existe influencia genética de Europa en el norte de África y existe influencia europea en el norte de África. Los humanos nunca hemos estado quietos y somos al final todos una mezcla de todos».
Llegaron los europeos
A lo largo del siglo XV, ese aislamiento en que se habían mantenido las Canarias desapareció tras la llegada de distintos colonos, hasta que finalmente, en 1496, todo el archipiélago se integró en la Corona de Castilla.
«La colonización europea generó un cambio en la composición genética de los pobladores que, en el caso de Canarias, fue una mezcla completa», recuerda Fregel. «No es como en Latinoamérica, donde todavía existen poblaciones indígenas que han mantenido a lo largo del tiempo su lengua y su cultura. En Canarias eso no ocurre, pues era una población muy, muy pequeña y la misma insularidad hizo que la mezcla fuera completa». Como señala el trabajo, los canarios modernos son el resultado de una mezcla de un 79,7% de españoles, el 17,8% de indígenas y un 0,5% de población subsahariana.
¿De dónde descienden?
Muy bien, estará preguntándose el lector canario, pero ¿qué quiere decir todo esto del linaje genético de los canarios? Le devolvemos la pregunta a la científica centrándonos en un descendientemoderno de la isla de La Palma, como el que firma el artículo.
«Podríamos decir que probablemente una parte importante de su genoma proceda de colonos europeos, pero que también tiene contribución de una población aborigen de Canarias cuyo origen estuvo en el norte de África y que probablemente tuvo que adaptarse al ambiente insular», explica. «En el caso de La Palma, al menos por nuestros resultados, no parece que tuviera muchas dificultades para mantener poblaciones con una diversidad genética decente. La Palma es una isla con muchos recursos, muy verde. Aún no sabemos muy bien en qué creía o muchas cosas que pensaba esa población aborigen, pero contribuyó genéticamente en la población actual de Canarias».
La fascinación por la genética
Durante los últimos años, los avances en genética y la democratización de determinados procedimientos han puesto de moda productos como los análisis genéticos que permiten descubrir hasta dónde se remontan tus orígenes. “Está de moda porque las compañías que se dedican a ello han hecho que sea más fácil el acceso a esa tecnología”, explica la investigadora antes de conceder que si no se dedicase a ello, también se habría hecho uno.
“Pero creo que hay que dar información a la gente para que el público general sea capaz de interpretar esos datos”, concluye. “En Canarias, la población es bastante homogénea en cuanto a la contribución de poblaciones europeas, del África subsahariana y aborigen. Eso quiere decir es que todos somos descendientes de todos. No es tan importante si eres un descendiente directo de un guanarteme (los reyes aborígenes de Gran Canaria) como entender que al final somos el producto de un proceso histórico muy interesante, con sus luces y sus sombras”.
NOTA: La fotografía de la Portada: «Estatua de reyes aborígenes en la plaza de La Candelaria» (iStock)