Agustín Santana, 12.04.2023

El responsable de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Gran Canaria decía en junio de 2022 que “la calidad del turismo en el sur de Gran Canaria se resiente cada año por la falta de unidad de criterio entre las administraciones y las formaciones políticas”. Un año después en un video dice que “los últimos propietarios que han llegado a sus apartamentos en el sur son los que más creen que pueden hacer lo que les dan la gana, no respetan ni al vecino ni a la ley.

En el periódico «Maspalomas24h.com» del 11.04.2023 leo un artículo firmado por Dácil Santana que dice :

La mayor parte de los propietarios son herederos de funcionarios franquistas de la Falange o que compraron al hilo de los precios hundidos tras el pinchazo de la burbuja de 2008.” “El problema de los residentes en el sur de Gran Canaria a juicio de propietarios que explotan grandes unidades es que vulgarizan el destino y tampoco lo defienden porque sus urbanizaciones están hechas un asco y han generado un efecto arrastre en los centros comerciales próximos”.

Para estas dos personas los responsables de la mala calidad turística son los propietarios de los apartamentos, generalizando conductas individuales que seguros que las hay, y demonizando a muchísimos canarios que invirtieron su dinero para que los empresarios del sur de Gran Canaria pudiesen hacer negocio.

El Sr. Tom Smulders y la señora o señorita Dácil Santana falsean la historia e insultan a miles de canarios que han depositado su confianza en los empresarios del sur para que pudiesen hacer negocio. La afirmación de que la mayor parte de los propietarios son herederos de franquistas de la falange es lo más falaz que he leído en los últimos años, y deja en evidencia todo el resto del escrito por torpeza intelectual.

El objetivo de todas estas declaraciones, y de las denuncias contra los propietarios de los apartamentos, es esconder los verdaderos problemas del Turismo en Canarias, y particularmente en nuestro sur de Gran Canaria.

El dinero rápido y fácil propició el modelo turístico de masas, de sol y de playa, de bocadillos y de juergas por las noches. En los años sesenta en Gran Canaria la destrucción de los Puentes de Piedra y de Palo, del entorno de Vegueta y del Barranco de Guiniguada, y la construcción en altura del enorme litoral de la parte baja de la ciudad fue un error manifiesto. Fue el principio del beneficio rápido y fácil, que condicionó todo el turismo de los años siguientes. Los resultados de las empresas se condicionaron a la cantidad de turista, mientras más mejor, quedando el 75% del gasto turístico en los tour operadores externos, y el raquítico 25% para el beneficio y mantenimiento de las empresas turísticas.

Deterioro del paisaje y del terreno, consumo de las riquezas naturales, malos sueldos para los canarios, servicios de pésima calidad y necesidad cada año de subir el número de turistas para seguir llenando apartamentos, hoteles y playas.

Toda esta parafernalia montada sobre un negocio ruinoso para Canarias ha estado adornada durante más de cincuenta años con una tremenda corrupción de políticos y de empresarios. Corrupción imparable, vitalicia para todos los sinvergüenzas que siguen viviendo, hoy como ayer, de la gente más desfavorecida.

Todo para ocultar apropiaciones indebidas de empresarios sin escrúpulos que se quedaron para su beneficio con terrenos diseñados para el uso y beneficio público, con la mirada a otra parte de funcionarios y políticos.

Y para esconder toda esta basura atacan a los propietarios de los apartamentos. Propietarios franquistas dixit.