La Unión Deportiva Las Palmas ha conseguido su gran sueño desde el principio de la temporada. De este modo ha conseguido, por todo lo alto, el ascenso a la Primera División del fútbol español.

Los jugadores grancanarios ataron todos los cabos que restaban en su clasificación ante un rival que, de haber logrado el triunfo, habría tenido también el premio directo. El Alavés seguirá en campaña con la promoción abierta.

El partido tuvo muchos argumentos. Fabio había sido la única sorpresa en el once titular. Por decisión técnica, el jugador del Sureste suplió a Alberto Moleiro en un intento de garantizar la tenencia del balón en el primer tramo de partido.

La noche futbolística tuvo un comienzo hermético, con mucha tensión y batalla, aunque cada equipo utilizó armas distintas. Con el balón como herramienta, Las Palmas circuló buscando encontrar fisuras rivales. Y así la primera ocasión fue local. Después de un pase parabólico de Kirian, Loiodice cazó el cuero en el área, pero el defensa Adqar abortó el posible disparo anticipándose al galo.

Eso ocurría minutos antes del primer contratiempo local. Pejiño pidió el cambio tras el primer cuarto de hora. Marvin Park entró en el campo para su relevo.

El partido seguía sin perder intensidad, con un balance al descanso de 3 faltas cometidos por los locales y 15 por los visitantes. El Alavés conseguía a base de interrupciones frenar las iniciativas locales, aunque la mejor ocasión del primer periodo la volvió a tener Sandro Ramírez en el minuto 42. Kirian volvió a encontrar a su compañero, con una jugada de habilidad que inició desde el suelo. Pero el disparo potente del ariete se fue junto al poste de la Grada Naciente.

Antes de la tregua, de nuevo los planes de García Pimienta se quebraron cuando Fabio recibió un pisotón de Guridi. El dolor del centrocampista isleño delataba que algo importante había sucedido en su tobillo. Fabio pidió el campo tras ser atendido por las asistencias, aunque tuvo que aguantar ‘tocado’ hasta el descanso para no deshacer una segunda ventana de relevos.

El segundo tiempo ofreció nuevos momentos estelares, sin pasar del 0-0. Jonathan Viera dispuso de su primer disparo a los 57 minutos. Combinó con Sandro, que le devolvió el balón con un taconazo. El capitán lanzó ajustado al poste, pero no logró batir a Sivera. El efecto óptico hizo cantar gol en el otro lado del campo.

La primera oportunidad del Alavés fue para Villalibre, tras un desajuste defensivo. El atacante llegó al área y logró disparar, pero Álvaro Valles le negó el gol desviando con el pie a ras de suelo.

En una etapa de frenesí, de nuevo Las Palmas pudo marcar en el 67 tras una doble ocasión de Sandro y Kirian. Pero el portero, primero, y un defensa, después, rechazaron los dos disparos amarillos realizados en el corazón del área.

El pulso se mantuvo hasta el pitido final del partido. El 0-0 era un marcador suficiente para garantizar el objetivo. Y se logró con sufrimiento, con sacrificio, porque el Alavés apretó en los instantes finales colgando balones al área donde Valles y sus compañeros se hicieron enormes.

La fiesta comenzó tras la finalización del encuentro, con una afición que tras animar a sus jugadores sin desaliento acabó por celebrar la séptima conquista a la Primera División.