Poco a poco irán descendiendo las temperaturas, aunque suave y gradualmente. mientras todos miramos al cielo a ver llega alguna gota de agua en forma de lluvia, siempre tan necesaria. Y siempre, a la vez, tan escasa.

De este modo los expertos meteorológicos se aventuran a apuntar que esta larga ola de calor, que se mantiene desde mediados del pasado mes de septiembre, ya apunta los primeros visos de decadencia, mientras el tiempo parece que ya se ajusta a la medida del otoño. Lo que no quiere decir que estos primeros días de la semana que el termómetro pegue un bajón significativo. No.

Aunque, eso sí, de agua, de momento, ni por asomo. Lo que hemos de lamentar por este campo nuestro, siempre tan necesitado de las benditas cargas y descargas de agua y que tanto necesitan nuestras gentes del campo, nuestros embalses y nuestros barrancos que solo saben de una larga, muy larga sequía.

Tras el aire cálido y seco procedente del Sahara sobre Canarias, ayer el termómetro puso su máxima en 34.5 grados en San Bartolomé de Tirajana. Mucho calor, pues, para hallarnos a 15 de octubre, y casi, ya, a un mes del inicio del otoño.

Según los pronósticos de determinados estudiosos ya se detectan algunos cielos nubosos que, en determinadas zonas, podrían corresponderse con alguna lluvia, aunque mínima, pero lluvia a fin de cuentas.

Así, pues, lo esperamos.