Ayer desperdició una gran oportunidad ante el Girona B
Por Ignacio Cáceres
Alineación del San Fernando: David Ramírez, Pipa, Omar Velázquez, Stephane, Ribalta, Dani Ferreira, Juan Rodríguez, Carlos Galván, Aythami Betancor, Felipe y Aridane. Banquillo: Fermín (p), Jeremi, Echedey, Aco, Joni, Ale Ojeda y Farías.
La Unión Deportiva San Fernando saltó ayer al campo del estadio «Eleuterio Valerón«, cuando el termómetro marcaba 29 grados, con la mayor de las ilusiones, tras haber perdido por 1-0 la pasada semana en Girona, en el partido decisivo del play off de ascenso a Segunda RFEF.
Dos horas antes del inicio del partido las gradas ya se encontraban repletas de aficionados, que animaron incansablemente, a lo largo del partido, tratando de posibilitar un gol para el empate en la eliminatoria y otro más que le abriera el camino del ascenso a la tan ansiada Segunda B.
Pero desde el inicio, prácticamente, el encuentro entre los azulones y los rojiblancos del Girona, resultó un partido con muchos nervios, bronco y áspero, con un arbitraje muy cuestionado y protestado desde las gradas, del colegiado andaluz Cartes Burgos, muy polémico, y con un juego muy difícil y complicado, entre faltas y tarjetas.
Pero, a pesar de los ánimos y la intensidad del equipo canario, demasiado atenazado por la presión, todo se comenzó a venir abajo cuando en el minuto diecinueve de la segunda parte tras un centro prácticamente medido por parte de Papa, el jugador Dawda, del Girona, batió, de forma irresimisible, a David Ramírez.
Nervios y cuestionable arbitraje
No obstante esa adversidad, que complicaba el escenario del partido, la Unión Deportiva San Fernando se echó hacia adelante, atacando e insistiendo de un modo constante, si bien desordenado, ante la portería del conjunto visitante, donde el arquero Sergi Puig, defendía la meta con dos tres significativas paradas.
Un partido que ya se le complicó desde ese momento demasiado al conjunto local, que, pleno de empuje, no solo no logró empatar, sino que, ya en el tiempo de descuento, y tras un penalti sobre el jugador rojiblanco A, que lanzó y marcó Dawda, se encontró con un segundo gol que acababa con el sueño de toda una afición que animó al equipo constantemente.
Un partido que, sin embargo, pudo haber cambiado por completo cuando Aridane estrelló un lanzamiento en el palo.
El árbitro enseñó diez tarjetas y expulsó a los jugadores locales Stéphane y Aythamy, del San Fernando y a Michel, jugador del Girona.
Fotografías: La Táctica Deportes