Maspalomasplus.com

15/10/2025 16:06

La guagua y el socorrista del Complejo Campo Golf

Un nuevo socorrista que llega tarde con frecuencia a su puesto de trabajo, se justifica desvergonzadamente con que depende de la guagua.

La Junta Directiva del Complejo Campo Golf, con un presidente y un vicepresidente que viven en Las Palmas de Gran Canaria, que no conocen ni viven la problemática del mismo, ni les interesa lo más mínimo, y una vocal que ni fu ni fa, pero que vive en el Complejo, acaba de contratar por cuestiones estivales a un nuevo socorrista. Con su habitual criterio y mecanismo de «profesionalidad», de «objetividad», de «rigurosidad», pero que por el entorno de la piscina, que es su lugar de trabajo, única y exclusivamente, aparece más bien poco. ¿Por…?

Ya son bastantes los comentarios internos y clientes de las prolongadas ausencias del recién contratado. De tal forma que el pasado sábado una propietaria lo encontró quitando los «conos salvadores» de la piscina hacia las doce menos cuarto de la mañana. O sea, cuarenta y cinco minutos después de su horario de entrada. La propietaria le preguntó por su horario de trabajo y el mismo respondió que de 11 de la mañana a 6 de la tarde, con lo que la propietaria le interrogó que cómo estaba quitando los conos a esa hora. La respuesta del socorrista fue rauda y veloz: «Es que yo vengo tarde porque dependo de la guagua«. La propietaria le dijo que cogiera una guagua más temprano para llegar a su hora. Y el socorrista se calló.

Desconocíamos ese aspecto y justificación laboral de un trabajador y cargar con las culpas a una guagua, que, en este asunto, se supone, salvo error, pinta poco o nada como justificación. Una tremenda desconsideración contra todos los propietarios. Se conoce que los méritos profesionales del socorrista deben de ser muy elevados.

En la tarde del sábado la misma propietaria, a eso de las cuatro y media, al no encontrar al socorrista en lo que debiera de ser su puesto de trabajo, procedió a sentarse durante un buen rato en la silla del mismo. Cansada de esperar la llegada del «cuasi» desconocido socorrista se acercó a las estancias habituales de los empleados. Tras intentar abrir la puerta, que estaba cerrada con llave, y, tras golpear insistentemente la misma, al cabo de un buen rato apareció el socorrista, que a esa inusitada hora llevaba un largo tiempo en aquella dependencia, y, por tanto, ausente de su lugar de trabajo. Con el significativo riesgo que ello conlleva para los usuarios de la piscina.

La propietaria le preguntó por su horario de comida. El hábil socorrista respondió que de 11 de la mañana a las 6 de la tarde. La propietaria siguió preguntándole del siguiente modo: «¿Y el resto del tiempo que no estás en la piscina, dónde estás?«. El socorrista, entonces, no respondió a la propietaria y cerró la puerta. La propietaria se queda en la piscina y a los quince minutos el socorrista salió del lugar en el que se encontraba y se refugió por los pasillos traseros de la piscina. Como tantas veces. Salvo indicaciones de la Junta que desgobierna la comunidad de propietarios con sus desconsideraciones.

Claro que la Junta Directiva del Complejo Campo Golf, en su esmero y celo de los profesionales que contrata, hace unos meses procedió a contratar a un jardinero. Una persona que había trabajado la mayor parte de su vida laboral como guarda de seguridad. ¿…? Y esa misma Junta Directiva, tan cuidada en el «currículum vitae» de los trabajadores, tuvo que despedirle escasas semanas después, oh casualidad. El nuevo jardinero, eso sí, contaba con un apellido vinculado al personal de confianza de la Explotadora que existe en el Complejo.

Se trata de un Complejo en el que el presidente es tan insolidario y mal vecino que no responde a los escritos de los propietarios. Se trata de un Complejo en el que la Junta Directiva arremete en un escrito contra la empresa particular de un propietario. Se trata de un complejo el que la administradora amenaza, por escrito, con meter en la cárcel a un propietario escribiendo en un correo electrónico «Le voy a ver en un calabozo, tarde o temprano» (textual, 26 de octubre de 2024). Se trata de un Complejo en el que la Explotadora pretendió pasar una factura por un importe de 135.000 euros, con el visto bueno del tesorero, hoy vicepresidente, sin justificante alguno demostrativo… Pero que, ante la insistente presión de un grupo de propietarios, el gerente de la Explotadora tuvo que retirar la factura, por su carencia de justificantes.

Pero la Junta Directiva insiste en sus graves errores. No ya en contra de algunos vecinos, como se podría suponer. Sino de los intereses de toda la Comunidad de Propietarios…

1 comentario en “La guagua y el socorrista del Complejo Campo Golf”

  1. Me adhiero a todo el escrito. No se puede contratar peor personal que el contratado por una Administradora que amenaza a los propietarios crìticos con meterlos en la cárcel. Los habra seleccionado de su círculo más cercano. Ninguno de los dos, ni el jardinero ni el socorrista, producen ni si quiera el 50% de su trabajo, el otro 50% lo emplean para ellos personalmente. ¿Qué harà el socorrista escondido màs de una hora por los jardines en lugar de la piscina?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad