Una mañana dedicada a las familias y al disfrute comunitario en un ambiente cargado de música, arte y espíritu soul
La última jornada del «IX Maspalomas Costa Canaria Soul Festival«, que deja tras de sí una extraordinaria calidad y un entrañable recuerdo del mejor soul mundial, ha puesto el broche de oro a una edición inolvidable.
Lo ha hecho en la mañana del domingo, con una jornada entrañable y participativa, que ha tenido como protagonistas a talentos locales y a la comunidad. De este modo la Escuela Municipal de Música de San Bartolomé de Tirajana volvió a deleitar al público con un concierto/showcase que reafirmó su consolidación dentro del festival tras su destacada participación del año anterior.
También subió al escenario «Soul Connection«: Escuelas en movimiento, una emocionante muestra coreográfica que reunió a diversas escuelas de danza del municipio, todas unidas por el soul como lenguaje común de expresión y creatividad. La energía y el compromiso de los jóvenes bailarines emocionaron al público congregado.

Una mañana con música, arte y movimiento
Ha sido una mañana para celebrar la música, el arte y el movimiento, con especial protagonismo local y un ambiente profundamente soul. Una jornada que dejó huella en los corazones de los asistentes y cerró el festival con una nota alta de alegría y comunidad.
Esta novena edición del Maspalomas Costa Canaria Soul Festival ha sido un auténtico homenaje al soul en todas sus formas. El viernes, la Playa de San Agustín vibró desde el atardecer con la energía de Monterreina, la intensidad de J.P. Bimeni & The Black Belts y la imponente The Memphis Music Hall of Fame Band, entre otros, en una noche que unió culturas y generaciones bajo las estrellas.
El sábado, la emoción continuó con Calamity Jane, la arrolladora voz de Gisele Jackson y una nueva entrega de la Memphis Band, acompañada por Lil Rounds y Jerome Chism, que pusieron al público a cantar y bailar sin descanso. Dos noches mágicas, seguidas de una jornada dominical de encuentro, participación y espíritu comunitario que consolidan el festival como una de las citas imprescindibles del verano canario.
