Según algunos, la velocidad con la que salen los libros que llegan a la estantería popular, podría indicar alguna atipicidad
En su día el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana decidió colocar una pequeña estantería ante la pared del Instituto de Educación Secundaria «Faro de Maspalomas«, ubicado en la céntrica y muy transitada Avenida de Alejandro del Castillo. La idea, fomentar la lectura compartida.
La estantería se adorna, con frecuencia, con una serie de libros de todo tipo, novelas, historia, cuentos, relatos, biografías, colegiales, de aventuras, enciclopedias y otros, para el uso y disfrute de los paseantes por la zona, que, según se anuncia en los letreros, una vez leídos, deberían de ser devueltos a la misma estantería para su uso por parte de otros viandantes y lectores que se detienen ante la estantería.

Libros, libros, libros…
¿Libros que vuelan de las estanterías?
Libros que, por cierto, aparecen en diversos idiomas, por aquello de la peculiaridad turística de la zona: Español, alemán, inglés, italiano, sueco…
Al tiempo la estantería sirve, asimismo, para que los vecinos depositen, allí, en la estantería, aquellos libros del domicilio familiar antes de que pudieran quedar arrinconados en el último rincón de la casa o, lo que aún resultará peor, fueran a caer en una bolsa de basura en un contenedor.
A esa pequeña estantería, que, en ocasiones, aparece repleta de libros, y que, en ocasiones también, desaparecen a montones, desde «maspalomasplus.com«, le hemos dedicado palabras de aliento vital por su utilidad, aunque, con frecuencia, pareciera que se «pierden» en bolsas ¿para…?
Nota. En la fotografía de portada dos ciudadanos interesándose por libros.
