Sorprenden tanto los rumores, a estas alturas de la película, que algunos desbarran demasiado…
Por mi pueblo dicen que «cuando el diablo no tiene nada que hacer con el rabo mata moscas«. Pues eso. Que a diecinueve meses para la cita con las urnas municipales, con las tormentas que están cayendo por la política nacional, cuajada de fuerte aparato eléctrico, fango, de barro, de lodo, de corrupción, como nos muestran todos los días los medios de comunicación, haya un personaje capaz de aventurarse con estas historias, la verdad es que no resulta nada que nos impida dormir a pierna suelta.
Tal vez porque los fantasmillas también sobrevuelan por los aires tirajaneros. Y si cada día trae su afán, como apuntaba san Agustín, confesemos que este mediodía, sentado en una de las terrazas que uno frecuenta, mientras esperaba a un amigo, escuchaba a un pequeño grupo en el que destacaba la voz así como sigilosa de uno de los tertulianos:
— No lo pregonéis… Pero a mí me han dicho de buena fuente que… (aquí iría el nombre del susodicho individuo) ya presume de que podría ser el próximo alcalde de San Bartolomé de Tirajana…
Se admiten apuestas. Lo cual siempre resulta entretenido.
