¡Cuánto y qué poco saben algunos, a la vez, de la Ley de Ordenación Sostenible del Uso Turístico de Canarias!
Por Juan de la Cruz
Ya ha transcurrido la friolera de un mes justo, 12 de noviembre de 2025, cuando el Parlamento de Canarias procedió a aprobar por 38 votos contra 32 la Ley de Vivienda Vacacional, denominada oficialmente con el majadero y disparado titulo de «Ley de Ordenación Sostenible del Uso Turístico de Canarias«. Un titulo ya de por sí, inconsecuente, rimbombante y hasta disparatado, que lo que deja claro, para no engañarnos, es que hay 12.000 familias propietarias de bungalows y apartamentos en Maspalomas y 18.000 en Canarias, amenazadas de toda amenaza en el vaivén y el futuro de sus inmuebles.
Cuando se cumple un mes justo de la aprobación de la susodicha «Ley de Ordenación Sostenible del Uso Turístico de Canarias» (lo de sostenible será para los grandes tenedores y explotadores), la malhadada Ley, sigue esperando su publicación en el Boletín Oficial de Canarias, en medio de un contenido silencio de quienes apretaron el botón afirmativo, por decreto-ley de la superioridad. Y hala, que los propietarios se busquen la vida como buenamente puedan por esos mundos de Dios o del diablo.
Sorprende, eso sí, el silencio cómplice de algunos. Porque el hecho evidente, quiérase o no, hoy por hoy, y eso no hay quien lo pueda discutir, ni moral ni política ni socialmente, es, el contenido que alberga la Ley en su articulado, tras los correspondientes debates llevados a cabo en el Parlamento de Canarias, y el resultado de sus señorías, que, a fin de cuentas, es lo que se impone, por la mayoría que sustenta al gobierno.
¿Qué se sabe de la Ley de Vivienda Vacacional?
Hoy, a 11 de diciembre, cuando todos andamos ya por los entresijos navideños, nos preguntamos por el misterioso enclaustramiento de la «Ley de Ordenación Sostenible del Uso Turístico de Canarias«, como si la misma se encontrara escondida y/o silenciada en cualquier lugar oculto, por lagunas razones que los de a pie no comprendemos. Y que, tras lo visto en la Ley, comprenderemos menos aún.
Todo este proceso de silencios, de misterios, de incógnitas, en el que son muchos los que guardan un silencio cómplice, como si les hubieran cortado el habla, como si esta Ley fuera, acaso, una normativa legislativa de mero trámite parlamentario, y sin ninguna repercusión, tiene, eso sí, al medio, a 12.000 familias que aguardan con su apartamento o bungalow en Maspalomas, y a 18.000 familias en Canarias, si los datos estimados resultan ciertos, ya sean residentes o no, lo tengan cerrado con candados vacacionales, o lo tengan alquilado, que andan a la espera de la decisión definitiva…
Quizás la «Ley de Ordenación Sostenible del Uso Turístico de Canarias» puede, incluso, que aparezca publicada en el Boletín Oficial de Canarias cualquier día de estos, entre el sonar alegre y emotivo de los villancicos, el sabor navideño de todos en estos días y en medio de las compras para las fiestas, que ya llaman a la puerta. Una forma, como otra cualquiera, de zaherir a los propietarios de un apartamento o de un bungalow. Y todo porque los propietarios no se han arrodillado ante los explotadores ni ante los grandes tenedores de estas desdichas como emana de la «Ley de Ordenación Sostenible del Uso Turístico de Canarias» y dejando su propiedad por 350 euros o 400 euros para que la administre por su cuenta el explotador de turno exprimiendo al probo dueño del inmueble.