Miles de personas, la inmensa mayoría los más pequeños, se han volcado un año más, como siempre, en la Cabalgata de los Reyes Magos con Melchor, Gaspar y Baltasar, a la espera de la noche más mágica del año.
Una vez más, el buen tiempo reinante en Maspalomas, ha posibilitado que el desfile de la Cabalgata de los Reyes Magos, llegados desde el lejano Oriente, hayan paseado por las calles más céntricas en una tarde entrañable, llena de saludos, de color, de cariño, de besos a los Reyes y de sueños en forma de carta, tal cual han solicitado todos los niños tirajaneros, en la esperanza de que Melchor Gaspar y Baltasar atiendan sus deseos.
Una cabalgata de Reyes Magos que ha resultado esplendorosa y exitosa, con un largo desfile de personajes que han ido causando el asombro de pequeños y de mayores que han seguido, con la mayor atención, el desfile más mágico del año. El de la Cabalgata de Sus Majestades, los Reyes Magos de Oriente, que todos los años se desplazan, de forma veloz y mágica, para conectar con los mejores deseos de los niños.
La coordinación y el desfile de la cabalgata ha resultado un combinado de buen gusto, de sensibilidad, de identidad con el ánimo y el espíritu de la fiesta que, cada año, se vive en San Bartolomé de Tirajana, y en cuya comitiva han tomado parte cerca de 500 bailarines y figurantes.
Un desfile, con una música animada, con la presencia y participación de hadas, de duendes, de gnomos, de superhéroes y de la inmensidad de personajes de la factoría Disney que han logrado transmitir el mayor entusiasmo, animación y participación a los miles de espectadores que han llenado las calles del recorrido.
Los momentos de mayor esplendor, como siempre, se produjeron con la presencia de los Reyes Magos de Oriente entre miradas de sorpresa y de alegría de los más pequeños, sorprendidos de la belleza de ese misterio que se esconde en la sensibilidad de Melchor, Gaspar y Baltasar, que no han parado de saludar a todos, a lo largo de las dos horas largas que ha durado la cabalgata del sueño de los niños.
