El Gobierno socialista de Canarias, bajo su presidencia, gastó 12,2 millones de euros en mascarillas compradas a la empresa de Koldo García, ex asesor de Abalos.
El llamado «Caso Koldo», por el que se procedió a la detención y puesta en libertad condicional de Koldo García, mano derecha de Abalos, que fuera ministro de Transportes con Pedro Sánchez, alarga sus tentáculos en las primeras investigaciones. Y entre esos tentáculos ya se va llegando, en sus inicios, a Canarias, cuyo anterior gobierno, bajo la presidencia del socialista Angel Víctor Torres, hoy ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, no dudó lo más mínimo en adquirir, casualmente, o no tanto, una ingente cantidad de mascarillas a la empresa de Koldo García.
Una empresa nueva, desconocida, sin apenas capacidad de gestión, que surgió de la noche a la mañana con su potencial de mascarillas, a través de la mano derecha del que fuera Secretario General del PSOE y ministro de Transportes, José Luis Abalos, que se ha adentrado, ya, de pleno, en la actualidad política y en los medios de comunicación.
Tras conocerse la extraordinaria inversión por parte del Gobierno de Canarias en mascarillas, Angel Víctor Torres dejó constancia de que debe de caer el peso de la justicia sobre los responsables. Lo que hizo con un tono de voz quizás nerviosa, tal vez inquieta, acaso extraña. Quizás, insegura.
Pero la velocidad de crucero del caso se va agigantando por los datos que van saliendo día tras día a la palestra. Y eso que solo han transcurrido tres días. Hoy, domingo, 25 de febrero de 2024, el periódico nacional «El Debate», entre los más leídos de España, destaca en su portada, con una fotografía del socialista canario Angel Víctor Torres, el siguiente titular: «La trama de Koldo salpica a un nuevo ministro: Torres adjudicó 12,2 millones a la empresa de las mordidas«. En la información se deja constancia expresa de que «La Guardia Civil sospecha que fue Abalos quien intervino para que en Canarias se contrata a su proveedor de confianza«. Más claro, agua.
De este modo, se añade, «Torres se suma a otros integrantes del ejecutivo salpicados como Francine Armengol, entonces presidenta de las Islas Baleares y hoy presidenta del Congreso de los Diputados, Fernando Grande Marlaska, ministro del Interior, o Salvador Illa, ex ministro de Sanidad«, en la trama de mordidas y comisiones ilegales de Koldo García, el asesor del exministro José Luis Ábalos.
En la exclusiva del periódico «El Debate» se subraya que «Tal y como figura en la investigación, a cargo de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, Torres fichó por primera vez a Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas SL el 7 de mayo de 2020. El objeto de todos los contratos que se le acabaron otorgando, adjudicados desde el Gobierno de Canarias, era la adquisición de mascarillas. Los importes oscilaban entre los 65.772 euros -el más barato- hasta los 2.805.000 euros -el más caro-. En total, los contratos suman 12.288.000 euros«.
Así mismo se indica que «el ministro Torres, tras saltar el escándalo, sostiene que no sabe de dónde pudo llegar la oferta, aunque ha reconocido que pudo llegar a través del Ministerio de Transportes, que en ese momento dirigía José Luis Ábalos, ya que el Ministerio había contratado a esta empresa en otras ocasiones. «Estamos hablando de los primeros momentos de la pandemia en la que nos llegaban propuestas diversas de todos los sectores», ha dicho. Sin embargo, Torres ha negado haber recibido llamadas del exministro: «No he recibido una llamada de Ábalos para que se contratara esta empresa», ha declarado.
Por otra parte hemos de señalar que en Canarias ya han saltado los primeros nombres en los círculos políticos y mediáticos: Julio Pérez, ex consejero de Presidencia, Blas Trujillo, ex consejero de Sanidad, Conrado Domínguez, director del Servicio Canario de Salud, Antonio Olivera, ex director del Servicio Canario de Salud y ahora jefe de gabinete de Angel Víctor Torres, José Alberto Pazos, ex director del Servicio Canario de Salud, Ana María Pérez. Y, presumiblemente, algunos otros que van a seguir en el epicentro de este movimiento sísmico-político-económico de la vida política. Entre otros motivos porque, en su día, la Audiencia de Cuentas estimó que los contratos con la citada empresa podían ser «nulos de pleno derecho»,
Unas mascarillas, por cierto, deficientes en algunas partidas, sin comprobación, y con unas cantidades muy llamativas.
El tiempo judicial ya avanza. ¿Lentamente? Puede, claro. Pero sin parar, que quede constancia. Pero el tiempo de la transparencia y el honor personal de las personas cuyos nombres aparecen, de uno u otro modo, también debiera de ponerse en marcha. Lo que resultaría todo un gesto. todo un detalle y toda una prueba ante el pueblo canario, que un día, por sus votos, depositó la confianza electoral en unos políticos que hoy, de momento, aparecen en las primeras escalas informativas del «Caso Koldo«, que está conmoviendo los cimientos de la vida política española y, también, claro es, la canaria.
Por algo será.