¿A qué espera Samuel Henríquez? Algunos cuentan que para hacer más daño al partido…
Por Ignacio Cáceres
Mientras continúa el goteo paulatino de partidos que se van saliendo, desgajando de Nueva Canarias-Bloque Canarista, que ya parece haber cumplido su etapa política, a la espera de celebrare próximo Congreso de julio.
A la vez Samuel Henríquez, todavía, sorprendentemente, presidente de Nueva Canarias-Bloque Canarista en San Bartolomé de Tirajana, espera que suene el cornetín de órdenes, desde el despachazo de lujo del jefe, con decenas de años en política, y le de la orden de saltar del barco y unirse a la travesía de quienes ya se andan dibujando su nuevo perfil político y armar ese otro partido intentando llegar a los cargos de altos vuelos para vivir maravillosamente y sin pegar un palo al agua. Que, se supone, ya deben de haber cambiado su ideología, más allá de que quieran que se larguen Román Rodríguez, presidente, y Carmelo Ramírez…
A la vez que cada día son más cuantos señalan que Teodoro Sosa no es más que el guiñol de cabecera de la mano que lo agita y mueve a su gusto y capricho tratando de perdurarse en política más que los citados anteriormente…
¿A qué espera Samuel Henríquez?
Cuentan algunos, que no quieren que sus nombres salgan a luz aún, que ni él mismo lo sabe, más allá de que el golpe severo, que tratan de impactar de pleno ante el Congreso de Nueva Canarias, se podría producir en unas semanas con el objetivo de que el mismo parezca más un funeral que una convocatoria que finalice sacando en hombros a quienes siguen pilotando el partido. Como ocurre, acaece y sucede en cuasi todos los Congresos de los partidos políticos.
El hecho evidente es que la dirección del nuevo movimiento pretende, al menos inicialmente, de golpear fuerte el mazazo a «Nueva Canarias» y rearmarse del mejor modo posible en San Bartolomé de Tirajana, para ver cómo dañan a la alianza de gobierno entre Partido Popular y Coalición Canaria.
Y ahí se anda el todavía presidente de «Nueva Canarias-Bloque Canarista» en San Bartolomé de Tirajana, Román Rodríguez, entregado a los prófugos del partido, comenzando por Teodoro Sosa, con fotografías y conspiraciones, entre traiciones a su todavía partido político, a la vez que Román Rodríguez y Carmelo Rodríguez se encuentran desdibujados ante el golpe que aún no han sabido encajar ni reaccionar.
¿Y a qué espera Samuel Henríquez? Pues a marear la perdiz mientras espera la orden del mando en plaza de la nueva operación política. ¿O no?