Una oleada que no cesa ante la dejación de funciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Por Juan de la Cruz
En esta ocasión es de lamentar que cinco de los 66 inmigrantes ilegales africanos se encuentren en un estado crítico, dos con pronóstico grave y otros dos con pronóstico moderado.
La embarcación llegó a la playa de Las Burras, en el municipio de San Bartolomé de Tirajana, a primeras horas de la mañana y donde ya se encontraba esperando un dispositivo de emergencia para atender a los inmigrantes ilegales africanos,
También dos menores fueron conducidos al Hospital Materno Infantil para una valoración más profundidad. Además de esta embarcación precaria, otra con 145 migrantes a bordo, según los datos provisionales, procedentes de Salvamento Marítimo, llegó también durante la mañana de este viernes.
Además de esta embarcación precaria, otra con 145 migrantes a bordo, según los datos provisionales que ha aportado a EFE Salvamento Marítimo, llegó también durante la mañana de este viernes al muelle de Arguineguín, en Mogán, acompañada por la salvamar Macondo, todos ellos en aparente buen estado de salud.
En total son 211 los nuevos inmigrantes ilegales africanos que han llegado a Gran Canaria en el día de hoy.
Un sin parar continuado de inmigrantes ilegales
Un sin parar continuado de inmigrantes ilegales africanos que llegan, a través de la aventura de la mar, en cayucos, pateras, lanchas neumáticas, repletas de seres humanos, que, huyendo de las crisis económicas, sociales y políticas se lanzan arriesgadamente a las aguas, a través de las redes de las mafias criminales, a uno y otro lado de la mar, cada día más operativas, mientras los inmigrantes tratan de alcanzar la tierra de promisión en las costas españolas de Canarias.
Lo de siempre, mientras el gobierno español pasa, impunemente, de estas riadas de inmigrantes ilegales africanos, a l tiempo que, de uno u otro modo, se van creando asentamientos y una cierta inquietud social.
Insistimos, una vez más. Pero vaya por delante la mayor solidaridad y el mayor sentimiento humanitario.
Inmigrantes que tratan de huir, como buenamente pueden, arriesgando su vida entre las olas de la mar salvaje, tratando de alejarse de los graves problemas de índole política, social y económica en la que se encuentran los países de origen. Empezando por el caso de Marruecos, que desde la operación «Pegasus«, ha aumentado considerablemente en el manejo de Pedro Sánchez como una marioneta y siempre en función del capricho, antojo y competencias del país en el que reina Mohamed VI, cada días nefasto en el panorama de la política española.
Alrededor de la inmigración ilegal africana se mueven muchas, demasiadas interrogantes. Partiendo de la premisa, como siempre hacemos, de nuestra solidaridad y sensibilidad humanitaria. Pero la grave problemática que generan estas oleadas a mansalva de inmigrantes llegando a las costas canarias, mientras se pierde el rastro oficial por parte del Gobierno de la mayoría de los inmigrantes, que acabarán siendo legales en no demasiado tiempo, a la vez que las mafias criminales instaladas a ambos lados de la mar siguen enriqueciéndose, plantean una situación ante la que Fernando Clavijo, presidente de Canarias, desde su prudencia habitual, no tuvo más remedio que señala
r que a lo largo de este año se espera la llegada de 70.000 inmigrantes, una cifra dramática, pavorosa y dura.
¿El mayor culpable? El gobierno de Pedro Sánchez, que sigue ignorando la gravedad de la inmigración a Canarias.
No se puede permitir que en pleno siglo XXI, la era de la informática, unas mafias criminales como subrayamos líneas atrás, una indiferencia y un pasotismo atroz de los gobiernos de determinados países africanos, comenzando por el déspota Mohamed VI, hagan de su capricho una «ley» para violar sistemáticamente el derecho internacional y trasladar a Canarias, a España y otros países unas marchas inmensas de inmigrantes ilegales.
Ni es justo ni es tan siquiera razonable. Ni es serio ni es ético. Otra cosa bien diferente es que Pedro Sánchez esté atrapado por la indigencia moral y política de miembros de su gobierno y que se permita, tolere y consienta una actitud tan descomunal como representa y supone el que tantos cuantos quieran, inmigrantes ilegales y mafias criminales, sean puntos de base y partida, para allanar los derechos internacionales.
Quizás sea necesario dejar constancia de nuevo de la carta de una policía sobre la llegada masiva de inmigrantes a Canarias, que publicamos el 11 de junio, señalando que «la organización es nefasta«, que «las medidas de seguridad en general son insuficientes y exiguas, al igual que los medios personales que son limitados y escasos» y que «los funcionarios están desbordados y solicitan iniciativas que puedan paliar la presión migratoria y un protocolo de actuación adecuado«.
Pero el hecho evidente es que la inmigración ilegal no solo no cesa, sino que continúa aumentando a unos niveles verdaderamente preocupante desde una óptica social canaria.