Nueva Canarias: «La corrupción y el transfuguismo representan las amenazas más graves para la democracia y sus instituciones»
El Congreso Nacional de Nueva Canarias-Bloque Canarista, celebrado el pasado fin de semana, procedió a aprobar una serie de ponencias, en el marco de su esquema programático y político.
Desde Nueva Canarias se aguardaba este Congreso para ajustar cuentas contra aquellos que, tras un largo tiempo militando en el partido, han optado en los últimos meses por abandonar las siglas y trasvasarse, con las actas concejiles incluidas, como es el caso de San Bartolomé de Tirajana, y donde los cinco ediles que fueron elegidos en las pasadas elecciones municipales, con Samuel Henríquez Quintana a la cabeza, se marcharon a «Municipalistas Primero Canarias«, en un cacto de transfuguismo y carente de principios políticos morales.
Contra el transfuguismo: «Honestidad y lealtad»
Durante el Congreso se aprobó la ponencia «Contra la corrupción y el transfuguismo: honestidad y lealtad«, dejando constancia de que «La corrupción y el transfuguismo representan las amenazas más graves para la democracia y sus instituciones«.
La ponencia señala que «Los sistemas democráticos se sustentan en un gran pacto social y político, en el que todos aceptamos respetar unas reglas de juego, que se articulan, a su vez, sobre nobles principios: tolerancia, diversidad, pluralidad, igualdad y libertad» y que «El equilibrio de todos estos elementos no es sencillo, pues, la propia democracia permite la aparición y la convivencia con discursos políticos, ideologías, y comportamientos que atentan contra estos valores sobre los que se construye y asienta el propio sistema«.
Asimismo se incide que «Los efectos negativos que generan el transfuguismo y la corrupción, trascienden el daño económico ya que destruye la confianza ciudadana, alimenta el desapego político, agrava la desigualdad social y favorece el auge de los autoritarismos«.
Del mismo modo se deja constancia de que «El transfuguismo juega un papel determinante en la deslegitimación de la democracia, porque encarna la deslealtad y la traición por excelencia. Una deslealtad que se ejerce en una doble dirección, interna hacia las organizaciones políticas, y externa, hacia los ciudadanos, que ven como algunos, traicionan sus principios ideológicos por mantenerse o llegar al poder«.
De esta realidad culminó el Pacto Antitransfuguismo «cuya finalidad es dificultar y desincentivar la consecución de objetivos políticos mediante el falseamiento de la representación política mediante el trasvase de concejales a otros partidos distintos del suyo originario, reforzando el control del cargo electo por parte de los partidos políticos, con la finalidad de evitar el florecimiento de conductas antidemocráticas«
Igualmente se manifiesta que «el transfuguismo es una forma de corrupción, porque representa una doble deslealtad, por un lado, al partido y por otro, que es más grave, al electorado que depositó su confianza en una opción política concreta. Ponerle coto a este tipo de comportamientos, es una responsabilidad ineludible, con la que deben estar comprometidos todos aquellos que se sientan demócratas«.