Por la mayor presencia de la Guardia Civil de Tráfico en las carreteras de Maspalomas
Los pasados 16 y 25 de marzo publicábamos en «maspalomasplus.com» sendas informaciones tituladas «Las carreteras de Maspalomas, un peligro«, que pueden leer en el siguiente enlace https://maspalomasplus.com/varios/las-carreteras-de-maspalomas-un-peligro/, y «Colas tras los ciclistas y adelantamientos imprudentes en las carreteras de Maspalomas«, https://maspalomasplus.com/varios/colas-tras-los-ciclistas-y-adelantamientos-imprudentes-en-las-estrechas-carreteras-de-maspalomas/.
En los mismos dejamos constancia de los numerosos riesgos que conlleva el circular por las estrechas carreteras de Maspalomas. Carreteras que suelen estar determinadas por estrechos arcenes, numerosas curvas y cuestas, faltas de señalización en una serie de casos, así como toda una pléyade de ciclistas que, además de su reto deportivo, lo que es muy meritorio, marcan, lógicamente, una limitación de velocidad en determinados tramos. Sobre todo, claro es, pedaleando hacia lo alto de las cuestas.
Como consecuencia se produce y genera con frecuencia una serie de caravanas de coches, de autobuses y de camiones, ante las que los conductores, sometidos a la velocidad que establece el ritmo y el pedaleo de los ciclistas, no deben de dejarse llevar por las prisas o por la inquietud, ya que una actitud indebida puede producir y originar un accidente.

Por una mayor vigilancia de la Guardia Civil
Del mismo modo hemos de señalar que, apostados en cualquiera de los numerosos lugares que se puede observar el desarrollo del tráfico que se ofrece en la carretera, en este caso concreto en la que transcurre entre Maspalomas y Arguineguín, hemos sido testigos de diversos adelantamientos peligrosos.
Por ello consideramos que una mayor y más activa presencia de la Guardia Civil en las carreteras de Maspalomas, con el debido «recetario» de las sanciones en la mano, podría resultar muy efectiva para quienes no disponen de la paciencia suficiente para conducir un vehículo detrás de los ciclistas y marchar al ritmo que los mismo establece en su pedaleo y adelantar cuando buenamente sea posible.
Por encima de cualquier otra circunstancia se encuentra la seguridad de todos y cada uno. Más, aún, ante el riesgo, la imprudencia y la osadía de otros.