Marichal: “Una mujer que ha dado siempre sin esperar nada a cambio, y su recompensa ha sido el cariño de su pueblo que la quiere y la admira.”
Las fiestas patronales de San Bartolomé de Tirajana concluyeron ayer, domingo, con un emotivo homenaje a Clara Mejías Rodríguez, conocida por todos como Cuqui, vecina ejemplar de Tunte y símbolo de entrega, generosidad y alegría en el municipio.
El acto, celebrado en la plaza de Tunte y conducido por el humorista canario Juanka, incluyó la proyección de un video biográfico que recorrió su vida: desde su infancia en una familia numerosa, su educ
El relato también puso en valor su papel en la comunidad: su entrega en la cocina para médicos y vecinos, su espíritu solidario, su simpatía y su incansable disposición a ayudar.

Clara Mejías «Cuqui» con su familia, durante el homenaje
Marichal: «Ejemplo de vecindad»
Como colofón, el primer teniente de alcalde, Alejandro Marichal, entregó a Cuqui una placa conmemorativa en nombre del Ayuntamiento, en la que se reconoce “su generosidad, alegría y entrega, ejemplo de vecindad y afecto hacia nuestro pueblo de Tunte”.
En sus palabras, Marichal destacó que se rendía homenaje “a una mujer irrepetible, que ha sabido hacer de la palabra servicio un estilo de vida. Cuqui ha dado siempre sin esperar nada a cambio, y su recompensa ha sido el cariño de su pueblo que la quiere y la admira«, señalando, asimismo, que «Con ella hemos aprendido que el verdadero liderazgo comunitario nace del corazón y de los gestos sencillos que hacen que la vida sea mejor para todos”.
La velada concluyó con un fin de fiesta lleno de humor y música, en el que participaron el cómico Matías Alonso y el grupo musical Trío Bellagio. Con este homenaje, la concejalía de Festejos y Eventos del ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana cerró las fiestas patronales de 2025 poniendo en el centro a las personas que, como Cuqui, representan lo mejor de la identidad del municipio: la cercanía, la solidaridad y el amor a los demás.

Todos se reunieron con Cuqui en el homenaje que le rindió San Bartolomé de Tirajana