La serie de centros comerciales que se encuentran semivacíos, con numerosos locales en venta y en alquiler, con escasez de clientes, como es el caso del Ronda, merecen que el Ayuntamiento busque la mejor solución para los mismos. Lo que tampoco se hizo bajo el mando de la socialista Conchi Narváez.

Días pasados el periódico «maspalomasplus.com» dejaba constancia gráfica del lamentable estado de abandono en que se encuentra el centro comercial Faro 2, muy próximo a complejos residenciales, con personas viviendo en furgonetas, y con un abandono total de la inmensa mayoría de los locales, a excepción de alguna cafetería, de algún restaurante…

Una impresión penosa que, de una u otra forma, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana debería de acometer lo antes posible, en busca de una solución adecuada e idónea. Porque son bastantes los centros comerciales que se hallan, por las razones que sea, en situaciones lamentables.

Si el lector se da una vuelta por el Centro Comercial Ronda, que en su tiempo se alzó como uno de esos lugares emblemáticos hoy se ha transformado es un espacio de escaso tránsito de clientes. Mínimo, deberíamos decir. Y con una serie, escasa, de despachos y locales comerciales, de exigua presencia, donde flota el vacío humano, en lugar de ser un espacio animado de visitantes… Y en el que abundan los locales vacíos, los letreros de «Se vende» o «Se alquila«, las persianas metálicas bajadas por completo y heridas de abandono.

Otro centro comercial en San Bartolomé de Tirajana y en el que el problema ya pasa al Ayuntamiento y que adopte una decisión al respecto entre los técnicos correspondientes.

Un paseo por el Centro Comercial Ronda no deja de ser un recorrido por la soledad, la carencia de gente, la gran cantidad de locales que quedan a disposición de quien quisiera comprar o alquilar los mismos. Aunque, evidentemente, todo indica, desde hace ya largo tiempo, que el Ronda se va muriendo de pena… Quizás por una serie de circunstancias que nadie conoce…

Pero al que, evidentemente, como a otros, habrá que buscarle un remedio y una solución, por el propio bien de todos. Los comerciantes y la población de las cercanías.