La inacción de la Directiva y la insolidaridad dela Explotadora hacen que la puerta esté siempre abierta, menos cuando cierra un restaurante en el interior del Complejo
Por Juan de la Cruz
Hablamos de una pequeña comunidad de noventa bungalow. En la que hay personas mayores y que viven solas, en medio de una manifiesta inseguridad, porque nadie pregunta al desconocido que entra, que sale o que pulula por los pasillos de los bungalows, dónde va, quién es, en que bungalow reside. Lo que conlleva a una alarma de los comuneros.
Un grave problema que se acentúa más, aún, en este tiempo veraniego, donde son numerosas las visitas de personas extrañas por el Complejo. Muchos de ellos, de los bungalows en arrendamiento turístico.
Una interrogante histórica, que lleva demandando un grupo de propietarios críticos con la actitud de una directiva negligente por completo, compuesta por tres miembros, cuyos presidente y vicepresidente, coaligados y afines a la Explotadora, no viven en el Complejo, que apenas son conocidos por nadie, y que conforman una falta de consideración con la seguridad que se merecen todos los propietarios. Pero su actitud, pasiva e inadecuada, tan solo obedece a seguir, de modo fiel, el criterio de la Explotadora. A la que apoyan con demasiadas muestras de insolidaridad con los propietarios.
Hace tres semanas se produjo una alarma en el Complejo por la entrada de un ladrón que «visitaba» bungalows aprovechando las ventanas abiertas, preguntando a los vecinos, y que acabó descerrajando un bungalow. La directiva, chitón en boca. Lo de siempre.
La pasada semana otro ladrón, de complexión fuerte, con barba, una estatura aproximada de uno ochenta, con camiseta negra, apareció, hacia las cuatro y media de la tarde, ante la puerta de un bungalow cuando salió el ocupante del mismo, con el correspondiente susto, pero que le hizo frente preguntándole que hacía allí ante su puerta, quién era… El ladrón llegó a amenazar, así mismo, al ocupante de un bungalow.
Unos hechos que se repiten
Unos hechos que se repiten con frecuencia. Y que seguirán repitiéndose cuando los ladrones lo deciden. Porque la puerta de acceso al complejo permanece abierta permanentemente, y porque cuando se cierra, al lado justo, un restaurante, en el interior del Complejo, dispone de una puerta, también abierta hasta que cierra. Una puerta que no da acceso directamente al restaurante. Si no a una entrada común por la que se opta por acceder al Complejo, con los aseos en medio, o por acceder al restaurante.
En su día se propuso a la Explotadora cerrar la puerta de la calle del restaurante y poner un timbre, como solución intermedia. Pero la Explotadora se negó, alegando que se trata de un negocio.
También existe otra posibilidad. Y es que tras esas dos entradas, al restaurante y al complejo, hay una puerta que tan solo necesita una cerradura. A lo que también se niega la Explotadora porque la misma está en un terreno de su propiedad. ¿Y la Junta Directiva? Lo de siempre, veraneando en Las Palmas de Gran Canaria. ¿Para qué se va a preocupar la directiva o la explotadora, en total, seis miembros, si cinco de ellos ni viven en el Complejo, ni se les espera y, por tanto, los sustos no son para ellos?
Un Complejo en el que no existe puerta de emergencia; donde una puerta de servicio, cuya llave poseían unos escasos propietarios, lo primero que hizo la nueva junta directiva fue cambiar la misma, para privar a esos comuneros de dicha entrada y salida… Un Complejo en el que, pasado el epicentro, con la piscina y el solarium, la luz de los pasillos mengua hasta casi la oscuridad total, porque los miembros de la Junta ni tan siquiera debe de saber dónde se ubican los citados pasillos con los bungalows respectivos…
Eso sí. Las cosas claras. Hay que reconocer que tras el logro de los propietarios críticos de haber separado debidamente la Comunidad de Propietarios y la Explotadora, porque todo era administrado sorprendentemente por esta última hasta principios de 2023m los miembros de la Junta Directiva cuentan el apoyo de la mayoría de los propietarios para pactar con los escasos dieciocho votos que maneja la Explotadora por los 18 bungalows turísticos…
Las cosas claras y el chocolate espeso. Y los que apoyan a la Junta que respondan si quieren, saben o pueden. Por encima de todo está la seguridad de un colectivo y no solo los áviso intereses de la Explotadora..
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