Una relación-comunicación no puede basarse solo en unas referencias con escaso atractivo y menor interés social.
Por Juan de la Cruz
En pleno siglo XXI, con la evolución y revolución tecnológica al frente, algunos, por estos pagos de San Bartolomé de Tirajana, pareciera –pretérito imperfecto de subjuntivo– haberse quedado anclados en metodologías de años o quinquenios atrás. Lo que no se corresponde con las dinámicas que se desglosan en otros escenarios y niveles propios de la sociedad de hoy.
Ni, tan siquiera, con la propia evolución y dinamismo social. Menos, aún, con esa demanda de algunos tratando de anclarse en el escenario del protagonismo.
Otra cosa bien diferente, para no engañarnos, son y resultan los planteamientos, criterios y determinaciones de cada uno, hablando en términos amplios y genéricos, en función de sus propios principios e intereses.
Quien quiera entender que entienda
Con sus aciertos y con sus errores, con sus estructuras y con sus principios, y hasta con sus impulsos o apatías. Aunque tampoco es cuestión, a estas alturas, de entrar en debates de este calibre. No sea que algunos se agoten en los esfuerzos de sus amplias, cómodas y hasta divertidas agendas, como ya conocemos alguna.
Cada uno ha de saber y conocer el marco de sus propias responsabilidades. Y, en ocasiones, se hace preciso un aperturismo, a caballo entre el respeto y la consideración de, con y hacia todos. Lo que no tiene por qué romper, en absoluto, ningún ámbito de neutralidad, de imparcialidad de respeto, de sensibilidad. Ni, tan siquiera, en el marco referencial de planteamientos, sobre los que algunos, quizás, se ruborizarían de algunas actitudes y/o aptitudes.
Pero en lugares como es San Bartolomé de Tirajana, donde casi todo resulta cercanía y proximidad, marcar distancias severas, acaso insalvables, por el ego de algunos, tal vez, reiteramos, tal vez no resulte la mejor de las decisiones, ni en la sociedad, ni en el deporte, ni en la empresa, ni en el asociacionismo, ni en los clubes, ni en la política…
Y quien quiera entender, que entienda…