Universidad de Verano de Maspalomas. Calixto Herrera destaca»el potencial que tienen los centros educativos en la promoción del bienestar emocional, la salud mental y la vida”.
En su intervención en el curso «Juventud y Suicidio en Canarias«, en la Universidad de Verano de Maspalomas, para abordar las estrategias de prevención de las conductas suicidas entre los jóvenes en Canarias, Calixto Herrera, responsable del Área de Salud Escolar y Estilos de Vida Saludable del Servicio de Innovación de la Dirección General de Ordenación, Innovación y Calidad del Gobierno de Canarias, subrayó que “Los centros educativos tienen un gran papel en la prevención de la conducta suicida. La escuela representa un eslabón poderoso dentro de la gran cadena preventiva, junto a otros agentes sociales y sanitarios”.
En su intervención, Calixto Herrera destacó el “potencial que tienen los centros educativos en la promoción del bienestar emocional, la salud mental y la vida”, señalando que «el comportamiento suicida es un problema complejo de salud pública, que no puede circunscribirse exclusivamente al ámbito de la salud mental, puesto que, como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio no es una enfermedad, ni un síntoma de un trastorno mental, es una conducta”. Por este motivo, Herrera afirmó que su prevención y tratamiento precisan de una “atención plena y de un abordaje frontal”.
Construir una mirada educativa
Calixto Herrera trabaja, desde 2013, en el proyecto ‘Orugas y mariposas de colores en los pupitres de nuestra escuela’, para asesorar y acompañar a la comunidad educativa en situaciones de duelo y muerte, “un asunto que sigue siendo un tabú social”, manifestó.
Para luchar desde la escuela contra este desafío de salud pública, Calixto Herrera manifestó que “necesitamos construir y proyectar una mirada educativa, integral, crítica, multisectorial y humanizadora. Una mirada para ‘ver’ y para ‘atrevernos a ver’ la realidad del dolor, del sufrimiento y la desesperanza que están en la génesis de la conducta suicida, superando mitos, miedos e ideas distorsionadas. Una mirada acogedora que nos ayude a mirar a los ojos a la persona que sufre, desde el convencimiento de que todos y todas somos corresponsables para luchar contra este gran desafío y podemos ser agentes de cambio”.
Herrera señaló que las pantallas de los móviles y las Redes Sociales contribuyen a que los jóvenes creen “identidades efímeras que crecen con muchas debilidades”. En su opinión, se está perdiendo la cercanía, los espacios de encuentro, los diálogos familiares. “Los teléfonos y las pantallas están ganando la batalla”. La Redes Sociales han propiciado el ‘’acoso escolar sistemático y repetitivo. El bulling es un factor de riesgo dentro de la conducta suicida. La mirada adulta debe estar atenta”, afirma el psicopedagogo que reivindica la calle como espacio de relación, para finalizar señalando que «Los niños y niñas se aíslan con los móviles. Necesitan juego, movimiento, tierra, aire libre, subir, caerse, levantarse, el contacto y el tú a tú. Las pantallas nos desconectan y crean vínculos asincrónicos”.
Programa para hoy
La jornada del miércoles, 3 de julio, dará comienzo a las 09:00 horas, con la conferencia ‘¿Qué hacer cuando un joven nos dice que no quiere vivir? Herramientas para el acompañamiento no profesional’, que ofrecerá Sara Bote González,presidenta y psicóloga de la Asociación de Atención al Duelo y Prevención del Suicidio ‘Volver a Vivir’.
A las 10:00 horas, dos personas ‘supervivientes’ en este tipo de situación, Emilio e Isabel, compartirán sus experiencias personales.
A las 11:30 horas, José Manuel Rodríguez Pellejero hablará sobre ‘Anclajes sociales y lugares donde vivificarse’. El ponente es psicólogo clínico y profesor del Departamento de Psicología, Sociología y Trabajo Social de la ULPGC.
L
