Un retraso imperdonable, un retraso injustificado, un retraso inexplicado… El Mercado Interminable de Maspalomas es un cachondeo inaguantable.
El inmenso retraso del Mercado Interminable de Maspalomas, que ya alcanza hoy los 345 días, es una de esas obras que avergonzarían a los responsables que, en su día, firmaron la obra, se comprometieron plazos, se ajustaron presupuestos, y hasta se celebró el arranque de los trabajos, con ese orgullo y prepotencia de los mandamases.
Hoy, casi un año después, nadie, absolutamente nadie, ha tenido el coraje político y responsabilidad ciudadana de explicar, con meridiana claridad, cual es el trasfondo de tanto desacierto, en el Mercado Interminable de Maspalomas, que se conduce su ritmo lento, lentísimo, en medio de un torrente de vergonzosos silencios ante la opinión pública. Lo que ni «maspalomasplus.com«, que tanto ha informado sobre las secuencias de esta extraña película, llena de misterios, ni nadie, ajeno a los entresijos políticos, alcanza a comprender.
Tanto silencio, tanta oscuridad, tanta falta de transparencia ante la ciudadanía, hacen daño. Y mucho. En el cprazón de la política, donde mantiene, o debiera mantenerse, el principio de la verdad, de la legalidad, de la claridad…
Pero en ocasiones, por estos pagos, los silencios claman demasiado alto cuando «maspalomasplus.com» demostró algunas de las irregularidades, presupuestarias, de plazos, de cambio de paneles, como si esto fuera una Feria de Oportunidades o un rastrillo.
Cada uno sabrá de sus responsabilidades.
Pero la ciudadanía siempre espera su momento de dar el paso adecuado.