Angel Víctor Torres, presidente de Canarias en funciones, ante su próximo desalojo de ese lugar de tanto relieve y boato, es un ganador derrotado. Aunque el PSOE fuera el partido ganador de las elecciones autonómicas, la suma de los perdedores, como denomina a Coalición Canaria y Partido Popular, le va a arrebatar la presidencia. Lo que le ha escocido y bien al señor Torres.

Pero las reglas de la democracia resultan infalibles. Sobre todo en su esencia y en sus matemáticas. Lo que habrá que recordarle al socialista, señor Torres, que, habiendo saboreado durante cuatro años, que no es poco tiempo, las mieles del cargo de la presidencia de Canarias, que al parecer ha ejercido con rango de mando en plaza, da la impresión, ante sus quejas, lamentos y frases rimbombantes, que le ha sentado mal, muy mal, fatal, que Coalición Canaria y el Partido Popular hayan firmado un pacto de gobierno, al que se han adherido la Agrupación Socialista Gomera y la Agrupación Herreña Independiente, conformando una mayoría. De perdedores, sí, pero mayoría democrática y legal. Sí, tiene razón Angel Víctor Torres. Pero debería de haber añadido que la suma de perdedores, democráticamente hablando, da más escaños que los de su partido y otros. Por lo que el Partido Socialista y Angel Victor Torres sin ganadores sin podio. ¡Qué fatalidad…!

Por eso Angel Víctor Torres, al enterarse del pacto entre Coalición Canaria y el Partido Popular, que iba a gobernar una mayoría de perdedores. Porque no alcanzaba a creerse que Coalición Canaria y Partido Popular pactaran. Y, lo que aún le duele más, con una base de alianza entre ambas fuerzas que se ha ido extendiendo por todo el Archipiélago.

De este modo Angel Víctor ya debe de andar recogiendo los papeles del despacho de mando, camino del duro exilio de la oposición, donde hace frío. Pero donde tiene –si quiere– mucho trabajo. Pero, ya, eso sí, sin fastos, sin festejos, sin viajes, sin recepciones, sin audiencias, sin viajes. Es lo que pasa por gobernar como su jefe, el inefable Sánchez, todo una mentira gigantesca y psicopática, pero que tiene a todos los altos cargos del partidos más derechos que una vela. Todos sabemos por qué.

Ahora, en otra de sus perlas, tras haber mandado todo lo que se puede mandar desde la presidencia del Gobierno de Canarias, anda soltando otra de sus historias del mal perdedor, pregonando, textualmente, que no descarta escribir un libro con todas las adversidades de la legislatura.

También, si así lo desea, puede volver a dar clases de Filología Hispánica, y dejar paso, ya, a la vez, a esas juventudes que se incorporan al Partido Socialista y con muchas ganas de renovación: De no pactar con los filoetarras de Bildu, de dormir tranquilamente sin pactar con Podemos, y otras muchas historietas sanchistas que él, como buen sanchista, ha asumido.

No vendría mal, pues, su regreso a la docencia que ejerció hasta los treinta y cinco años, y dejar atrás: Aquella concejalía de Arucas, la secretaría general socialista de dicho municipio, la alcaldía de Arucas, el escaño del Congreso de los Diputados, la vicepresidencia primera y consejería de Obras Públicas, Infraestructura y Deportes del Cabildo de Gran Canaria, la secretaría general del PSOE de Canarias, y la presidencia del Gobierno de Canarias.

Lo que no está nada mal, con veintiún años de cargos políticos y no de clase en clase, en la hondura y el rigor de la docencia.

Claro que con asesores a su lado como un tal Ramón Morales, profesor de Educación Física y Primaria, va apañado. Aunque el tal Ramón Morales por lo que se ve, debe de saber mucho, de todo, un genio, como para haber ejercido en el Senado como Portavoz en la Comisión de Transportes, Vocal en la Comisión de Asuntos Exteriores, Vocal en la Comisión General de las Comunidades Autónomas, Vocal en la Comisión de Asuntos Iberoamericanos, adscrito a la Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación, adscrito a la Comisión de Defensa, adscrito a la Comisión de Entidades Locales, adscrito a la Comisión Mixta de Control Parlamentario de RTVE.

Ramón Morales.

Aparte, claro es, de haber sido Ponente en el proyecto de ley por el derecho a la Vivienda, ponente en el proyecto de ley por la que se modifica la ley del Sector Ferroviario, ponente en el proyecto de ley de Calidad de la Arquitectura, ponente en el proyecto de ley de Ordenación de los Transportes Terrestres en materia de infracciones relativas al arrendamiento de vehículos con conductor y para luchar contra la morosidad en el ámbito del transporte de mercancías por carretera, así como normas para mejorar la gestión en el ámbito del transporte y las infraestructuras.

Claro que todo eso por una remuneración de 86.883,72 euros no parece gran cosa,

Probablemente el tal Ramón Morales, pueda enseñarle, eso sí, ejercicios de inspiración y expiración. Y es que Angel Víctor Torres, a estas alturas, ya parece que camina con la mirada desgarrada contra el suelo y más quemado que el palo de un churrero, porque la política le va llevando a abandonar los senderos del peor gobierno de la historia democrática en Canarias. Esto es: El gobierno socialista bajo su mandato. Lo mismo que su jefe de filas, Pedro Sánchez Pérez-Castejón.

Y a buen entendedor, pocas palabras bastan.

NOTA; La fotografía de Angel Víctor Torres y Ramón Morales está captada del periódico ABC.