La gravedad de la crisis migratoria en Canarias ya se hace extremadamente grave. 150.000 mauritanos, 20.000 malienses y miles de Marruecos esperan su momento…

El periódico digital «maspalomasplus.com» publicaba en su edición de ayer una información en la que una personalidad como Fernando Clavijo, presidente de Canarias, de una gran capacidad de trabajo, y sensibilizado y concienciado por la extrema gravedad de la crisis migratoria africana en Canarias, dejaba constancia, durante su estancia en Ginebra, hasta donde viajó buscando ayudas internacionales, ante el pasotismo de Pedro Sánchez, y ministros como Marlaska, y, peor aún, el canario Angel Victor Torres, continúan con una pasmosa inhibición, desde los resortes del poder, intentando trasladar a Clavijo todo un frente de problemas de una casi imposible solución.

Fernando Clavijo, un político prudente, sensato, comedido, está afrontando con un gran sentido de valor moral, humanitario y político el tema de la inmigración ilegal africana, que ya se desborda por todos los extremos, generando cada día una mayor gravedad de la crisis migratoria en Canarias, y que, en cualquier momento, puede irse de las manos por el propio desbordamiento de los cientos de inmigrantes que, tras arriesgar la vida en la travesía de la mar a bordo de una patera, de un cayuco, de una lancha neumática, en manos de la canallesca mafia criminal que opera con total impunidad, con las aguas de la mar llenándose de cadáveres, como la de los que ayer mismo recibían sepultura en El Hierro, de forma anónima y grupal.

Silencio, llanto, dolor… Lágrimas… Oraciones… Impotencia….

Fernando Clavijo, que el pasado martes declaraba de forma aproximada a los estudios que le llegan, señalando que a lo largo del año 2024 pueden llegar a Canarias hasta unos 50.000 inmigrantes ilegales africanos, dejaba, más adelante, otras cifras, aún mucho más estremecedoras. Y es que, según todos los datos, al otro lado de la frontera se encuentra unos inmensos campamentos de refugiados en los que se albergan unos 150.000 mauritanos y hasta 20.000 malienses, con los ojos desagarrados, con el alma en llanto de dolor y pena, con la desesperación y la esperanza de poder subir a un pobre y humilde cayuco, y poder abrazarse a las costas canarias para alcanzar uno de sus sueños de pobreza y de necesidades para buscarse la vida conforme les destine el azar.

Un azar mucho más severo y contundente cuando todos conocemos que también son miles los marroquíes, controlados o descontrolados, mandados o no por el rey Mohamed VI, de Marruecos, todo un sátrapa, tratando de reforzar su potencia y su fuerza –más allá de la operación «Pegasus»»– e ir tomando firmes posiciones de avanzadilla en las Islas Canarias. Tal como, más o menos, estiman y consideran tantos y tantos canarios.

Ante el caos de la gravedad migratoria que atraviesa el Archipiélago, con largas embajadas migratorias humanas, de los más variados países de Africa, que está generando una amplia problemática en Canarias, hay que pensar, del mismo modo, en el poderío del Mohamed VI que cada día avanza sobre el terreno del ajedrez político contra un Pedro Sánchez, presidente del gobierno socialcomunista de España, tan entregado a las fuerzas del mandatario alauita, con las ideas bien fijas en los más variados escenarios de Canarias.

Y si no, al tiempo.