Una inmigración ilegal africana, desbocada, sigue llegando todos los días al Archipiélago Canario
Por Juan de la Cruz
La noticia es la de cada día. En la tarde de ayer un nuevo cayuco, procedente de Africa, tuvo que ser auxiliado por el gran y esforzado equipo operativo por parte de los equipos de Salvamento Marítimo de la Salvamar Macondo, y que condujo hasta el Muelle de Arguineguín a la embarcación con 72 subsaharianos a bordo, que, como todos, arriesgan su vida, en esa línea de agua, crudeza y severidad, que es la mar, en manos de las más que poderosas mafias criminales, que continúan moviéndose a su antojo y enriqueciéndose a cargo de cuantos africanos depositan unos dineros, que nadie sabe de donde salen, para embarcarse en la encrucijada y en la aventura de la ruta migratoria y con destino no se sabe dónde…
Gentes que huyen de las graves crisis económicas, industriales, sociales, políticas y hasta morales, y que emprenden su huida, como sea y a costa de lo que sea, con el fin de abrazarse a las playas de Canarias y, desde ellas, tratar de encontrar un destino que todos desconocen.
La gravísima crisis migratoria en Canarias
Una crisis humanitaria de un relieve extraordinario, que afecta en extremo, asimismo, a Canarias, donde el gobierno autonómico, presidido por Fernando Clavijo, se las ve y se las desea, para poder mantener y atender a los más de 5.200 Menores No Acompañados (MENAS), y con cuyo argumento, como entre tantos, hay severos desencuentros entre el Gobierno de Pedro Sánchez, inane, inactivo y desentendido de esta crisis, por culpa, sobre todo, de Angel Víctor Torres, ministro de Política Territorial, que solo busca desestabilizar y romper el gobierno de Canarias, entre Coalición Canaria y el PP, desde que le desalojara del mismo,
Y es que el Archipiélago Canario se ha convertido definitivamente, ya, en la nueva Lampedusa, mientras la sociedad canaria pide a gritos que se ponga orden, solución y capacidad operativa y humanitaria y atención social, para aislar este nuevo y gravísimo problema de Canarias.
Fotografía: Cruz Roja Española