Jerónimo Saavedra, todo un referente de Canarias y del socialismo que representaba, luchador infatigable, ejemplo de sensibilidad política, nos ha dicho adiós. Descanse en paz por las campas de la eternidad.

Jerónimo Saavedra, un político del mayor relieve, todo un ejemplo de manifiesta identidad referencial en el marco del socialismo, de ayer y de hoy, que, a través de numerosos esfuerzos y coordenadas personales, pasó por numerosos escalones y escalafones de la vida política, canaria y española, tal cual se refleja en su amplia trayectoria, con una más que cualificada referencia en todos los sectores de la sociedad canaria.

Una personalidad que deja, tras sí, todo un larga serie de muestras en su identidad con el compromiso político, en su identidad con la tierra, con significativos logros, y en busca, siempre, de una serie de caminos, a través de su formación y de sus reflexiones, que se concitan en la identidad de un político, entrañable, cercano y decidido con su pueblo y sus gentes, fiel a sus principios y leal con los mismos.

Jerónimo Saavedra poseía un marcado dinamismo en el panorama social, cultural, empresarial, popular, político, canario, eminentemente canario, a través de un sentido y un sentimiento humanista que cabalgaba, serena, moderadamente, en su formación, en su planteamiento, en sus objetivos y en sus logros.

Lo que supo conseguir en base a una conciencia en la que convergía su identidad desde una extensa plataforma y atalaya social, ética, cultural y política. Cuatro esquemas, cuatro identidades y cuatro trayectorias que se esparcían desde su sentimiento y su personalidad y que, al tiempo, divulgaba desde un concepto genérico que trasladaba a todos.

Así lo hizo.

¡Buen viaje, Jerónimo, por las campas de la eternidad…!