Ayer pasamos, como casi todos los días, por la zona frente al Parque Sur, que se llena de color de patos, patas y patitos. Al ver el aumento de la población nos acercamos unos segundos para contemplar los nuevo patitos maspalomenses.
Una estampa siempre colorida y agradable, cercana y próxima, curiosa, y, sin embargo, siempre llamativa, a la que ya se han acostumbrado tanto los transeúntes de a pie, como los conductores y hasta los componentes de la colonia de los patos que por allí anidan. Y a las que hemos dedicado algunas crónicas sobre la novedad que han ido conllevando la instalación de los patos
en la citada zona.
De tal forma es así que todos los miembros de la cada vez más numerosa colonia de patos ya se van integrando y familiarizando en el nuevo escenario de su hábitat y entorno, en el que alegran la vista de todos los que transitan por sus proximidades, generan la curiosidad de los más pequeños, mientras los patos, las patas y los patitos van a lo suyo. Al picoteo, a deambular de acá
para allá y a esperar esas viandas que les echan y reparten algunos asiduos, o a situarse en la sombra de los árboles evitando el castigo del calor, mientras miran y otean el panorama que se les ofrece así como de forma un tanto indiferente.
La población de patos se ha incrementado en estos días, Y en vez de encontrarnos con los patitos habituales, que crecen de día en día, y ya van levantando el palmito y asomando con un plumaje gris, ayer pudimos contemplar, a una distancia de muy escasos metros, a dos patas con sendas legiones de patitos. Tal como pueden apreciar en la imagen de la portada.
¡Bienvenida, pues, a los nuevos patitos…!
