JUAN DE LA CRUZ
Una avenida totalmente abandonada por el Ayuntamiento. Con un flujo permanente de vehículos, sin apenas señalización alguna en el suelo, porque la pintura de hace muchos años se encuentra diluida por el olvido y desprecio municipal. La noche, con una pobre luz, en tan solo una acera, se presenta extremadamente peligrosa para todos.
Probablemente el gobierno de la socialista Concepción Narváez no tuvo tiempo alguno durante cuatro años, que se dice pronto, para repasar una avenida tan importante como es la avenida Neckermann y dejando una papa bien caliente al nuevo equipo de gobierno que pilota Marco Aurelio Pérez, PP-AV, en alianza con Coalición Canaria, que tiene, en esta Avenida un problema de considerable relieve.
Acaso porque el gobierno que salió despedido tras las elecciones municipales del pasado 28 de mayo, estaba en lo que estaba. Como, por ejemplo, organizar a toda leche, en noviembre 2022, el ICongreso de Administración Local y Funcionarios, celebrado entre el 16 y 18 de noviembre en el Hotel Riu Meloneras, por la modesta presupuestación de quinientos mil euros, o el concierto del pasado sábado, a cargo de Il Divo, por 214.258 eurillos de nada. Que más se perdió en Cuba, como dicen los clásicos, y ahí continuamos. Calderilla pura, pues, con cargo a la pólvora del Rey,,,

Un amplio segmento de la avenida Touroperador Neckermann se encuentra sin ninguna señalización…
Con baches, con parches tercermundistas, con hojas de palmeras que se van muriendo de abandono en el asfalto, con coches que aparcan a ambos lados y que apenas dejan paso a un solo vehículo, mientras los que circulan en dirección contraria tienen que esperar por la anarquía imperante por culpa, tan solo, del Ayuntamiento,

Los baches, claro es, no faltan en la Avenida Touroperador Neckermann…
Los concejales, los técnicos municipales de San Bartolomé de Tirajana, acostumbrados a su ritmo de vida, algunos de ellos marcados por los fastos, por la política de altos vuelos y otros varios, en muchas ocasiones también por la indiferencia e irresponsabilidad, tienen sobre ellos una tremenda responsabilidad, como una espada de Damocles, que, en cualquier momento, se puede volver contra los máximos responsables. Se trata, pues, de una herencia «envenenada» enviada por Conchi Narváez y su desastroso gobierno municipal entre 2019 y 2023 al actual alcalde, Marco Aurelio Pérez. Pero, para no engañarnos, son los que gobiernan hoy los que tienen que abordar el tema, en toda su gravedad, como denunciamos hoy, y coger el toro por los cuernos, antes de que sea más tarde.

¿Y qué decir de las palmeras, de las que cuelgan ramas secas, muchas de las cuales mueren sobre el asfalto…?
Y con la advertencia o el consejo y el deseo de no ocurra la menor desgracia de llevarse por delante, por ejemplo, la vida de una persona.
Resulta de tal calibre, gravedad y peligro el estado de abandono de la Avenida Touroperador Neckermann, uno de los ejes turísticos y viarios más importantes de Maspalomas, por donde fluyen miles de coches a lo largo el día y la noche, en un trasiego permanente, que dicha avenida se ha convertido en un peligro de alta responsabilidad municipal. ¿Por qué?

La pintura va desapareciendo del escenario de la Avenida Touroperador Neckermann sin ninguna atención…
Pues miren ustedes, señores concejales, señores técnicos y otros: Se trata de una Avenida que carece de señalización de circulación alguna, no viéndose ni percibiéndose más que ligerísimas y muy antiguas señales sobre el suelo, cuyos rasgos tiene que interpretar e improvisar el conductor, por su cuenta y riesgo, en una milésima de segundo, mientras anda pendiente del volante y de su orientación.

Dos coches aparcados anárquicamente, uno enfrente de otro. El que circula invade el centro y…
UNA SITUACION INDIGNANTE Y VERGONZOSA
No hay señalización alguna; no hay, apenas, paso de peatones, que se cruzan en cualquier momento; no hay rayas en el suelo ni continuas ni discontinuas; las mangueras de goma cruzan anárquicamente las aceras, en un recorrido tan antiestético como descuidado como lamentable, que sucede, por ejemplo, en la Avenida Alejandro del Castillo; no se perciben las zonas de hipotéticos aparcamientos; se muestran unas rayas en diagonal que no hay quien adivine su intención y el sentido de una señalización desconocida; el suelo para las paradas de la guagua, no refleja apenas, ya, su color original; esa especie de jardincillo, según se baja hacia Maspalomas, resulta una ofensa total de abandono y de mal gusto, con plantas absolutamente secas, resecas, descuidadas; todas las palmeras de la amplia Avenida, absolutamente todas, salvo alguna excepción que se nos haya pasado por alto, dejan colgar del tronco enormes ramas moribundas, que, con alguna frecuencia, mueren sobre el asfalto…

¿Un paso de cebra…?
Para más inri apenas si de cuando en vez pasa, eso sí, raudo y veloz un coche patrulla de la Policía Municipal, como resulta cuasi imposible que se detecte la presencia de algún jardinero… ¡Cualquiera se atreve a decir que estando en la Avenida Touroperador Neckermann nos encontramos en uno de los centros neurálgicos de Maspalomas!. A su vez, contradictoriamente, uno de los lugares referenciales del turismo español y del turismo europeo. Toda una severa contradicción.
Pero, claro, el peligro no es para los concejales, ni para los técnicos. Salvo que alguno habitase por la zona. Pero no debe de ser así, porque el mismo, probablemente, ya se habrían encargado de remover Roma con Santiago tratando esforzadamente de que adecentara a Avenida Touroperador Neckermann, si quiera fuese un poco, a la modernidad de la tercera decena del siglo XXI. Quizás no tanto por responsabilidad y capacidad de servicio público, sino por interés personal o familiar.
El peligro permanente y continuo se cierne sobre el ciudadano de a pie, O sea, lo de siempre. Y como nunca pasa nada, pues a esperar a que pase… Y ya veremos, pensará alguno de los citados, eso sí, genéricamente. Claro que lo de ya veremos, ya lo dijo, al parecer, según el sentido popular, un invidente, hasta que se dio de bruces contra el suelo.
Todo un acto de extremo abandono y descuido del Gobierno socialista de Conchi Nárvaez, ahora en la oposición,pero que ya tiene que administrar –consideramos que rápida y eficazmente– el gobierno de Marco Aurelio Pérez. Porque le ha tocado la china y este regalo envenenado de la anterior alcaldesa.

En la avenida Touroperador Neckermann tampoco faltan los coches abandonados…
El conductor atraviesa la larga Avenida, cuajada de parcheos tercermundistas, de baches, de carencia de claridad de señales, pues, a la buena de Dios, En una importante vía, pero estrecha, que ni adrede se podría haber hecho peor, que se encoge vertiginosamente si hay coches aparcados a ambos lados. Que cada uno, ante la falta y carencia de señales de tráfico y responsabilidades municipales, pues hace lo que pueda interpretar a su modo y manera…

Las plantas secas, resecas, adornan los jardines de la desatención municipal más severa…
Una Avenida por la que los jovenzuelos, y no tanto,, manejando los mandos del los patinetes adelantan sin problema a los coches de los conductores más prudentes y precavidos. Una Avenida por la que los caminantes y peatones cruzan, valiente, irresponsablemente, por cualquier lugar, de uno a otro lado, qué más da, sin encomendarse a Dios ni al diablo…

La señalización de una de las parada de guaguas
LA NOCHE, UN PELIGRO MAYÚSCULO
Si la circulación durante el día se presenta repleta de adversidades, como algunas de las señaladas y otras muchas, de noche, con ese panorama, todos los gatos se hacen más pardos… La cruel iluminación de unas altas farolas, con una muy desleída luz, que no sirve para nada, más que para cabrear al conductor, solo se alza a un lado de la Avenida.¿…? Quizás porque no hubiera presupuestación en su momento, ni la haya habido a lo largo de los tiempos, sobre todo por negligencia municipal, para levantar una iluminación luminosa, valga la redundancia, y poner otras farolas en el largo lateral que carece de ellas. Según se baja a la derecha. O sea, para que lo entienda el político de turno, según se sube a la izquierda.

Un baden, cuya altura solo distinguen los que conocen la avenida Touroperador Neckerman…
¿Cómo es posible mantener una iluminación como la que se puede apreciar, y con enormes segmentos del trazado, absolutamente oscuros, que hasta genera cierta precaución caminar por una zona, en la que se debiera de invitar al paseo del vecino?
Avisadas quedan las autoridades, los ingenieros, los técnicos, Todos, El día menos pensado puede acaecer una desgracia en ese trajín incesante de coches, que van y vienen a y desde los complejos residenciales y los hoteles que se alzan a su alrededor, qué ironía y qué contraste, en la inmensidad de una zona turística expansiva y dinámica, con un flujo permanente de transeúntes y de viajeros en una de las zonas más peligrosas de Maspalomas.

De noche da pavor caminar por algunas zonas de la Avenida Touroperador Neckermann.
Lo que, probablemente, a los citados, y responsables máximos, le de completamente igual. Tal vez, por desconocimiento… Pero se trata de una situación insultante para el vecindario, para los turistas, para los visitantes y para todos desde hace, ya, muchos años…
Por cierto que Touroperador Nekermann hacia abajo, con el barranco a la derecha, donde tan solo viven unos muy escasos vecinos, en un espacio que se cierra a la altura del helipuerto, hay una riqueza, fuerza e intensidad de luz, que a las diez de la noche o a las cuatro de la madrugada, pareciera, siempre, de día.
¡Qué vergüenza ajena la que sentimos al proceder a este modesto relato, que hasta hemos efectuado tapándonos un poco los ojos…! ¡Y cuánta inacción de esos concejales y técnicos municipales que habrán pasado alguna vez por misma y del equipo de gobierno anterior con tanta capacidad de despreocupación…
Y quien quiera entender, que entienda…