Durante la presentación, ayer, de su análisis de trabajo basado en los «Cien primeros días del Gobierno Municipal de San Bartolomé de Tirajana», Marco Aurelio Pérez y Alejandro Marichal, procedieron a una completa disección. Lo que dice bastante de ellos.
De tal modo que hasta abordaron ese tema y proyecto abstracto, que obedece al nombre de Siam Park, que que yace, ya, en el panorama del olvido, y que no representa, para no engañarnos, más que una historia que podríamos calificar de «Todo por la pasta».
Pero Alejandro Marichal señaló, al respecto, con seguridad y claridad manifiesta, y pro defensa de San Bartolomé de Tirajana, como es su deber, que el proyecto referenciado «lo ha bloqueado el propio promotor al presentar una reclamación patrimonial a los pocos días de asumir las funciones el nuevo gobierno municipal y con la que requiere al ayuntamiento más de 120 millones, por las pérdidas ocasionadas por el retraso en la concesión de la licencia».

De este modo el primer teniente de alcalde señaló que “ha sido un error por parte de la empresa” haber presentado dicha reclamación ya que ellos mismos han provocado la paralización del expediente relativo al otorgamiento de la licencia.
Por tanto, tal como ha manifestado Marichal, primero deberá resolverse la reclamación interpuesta por la empresa y hacia la que “todo apunta a que será desestimatoria, y subrayando que y una vez se resuelva la reclamación patrimonial se podrá retomar el expediente para impulsar y otorgar la licencia.
Propuestas tan descaradas, tan sorprendentes, tratando de esquilmar al Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, como la que procede Siam Park, tiene, otro nombre. Y es que muchos quisieran desglosar el planteamiento de Siam Park, pedir 120 millones de euros, como por arte de magia. que no es cualquier cosa, y, como se suele decir, a vivir, que son dos días.
Así, no, Siam Park. Así no.
SIAM PARK
En junio pasado Wolfgang Kiesling, presidente del grupo Loro Parque. confiaba, en el transcurso de una comparecencia en el Gabinete Literario Las Palmas de Gran Canaria, en solventar la problemática para construir el Siam Park «tras doce años de trabajo«. Caro lo fiaba el señor Kieesling, que no se anduvo por las ramas a la hora de solicitar 120 millones euros, todo un pastizal, al Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, argumentando algo tan paradójico como el ya señalado en función de «pérdidas ocasionadas por el retraso en la concesión de la licencia«.
Así, cualquiera, señor Woolfgang Kieesling.
El Siam Parck había dispuesto, señalaba en dicha comparecencia, una inversión de 160 millones de euros para la construcción de un Parque Acuático y un hotel con 300 camas.
Entre las novedades del Siam Park, también inspirado en la arquitectura de Tailandia, destacó que habrá un Árbol de la Vida, con 32 metros de altura, con toboganes, pasillos de entrada, flanqueados por elefantes, y, además, el Río lento, la Montaña de la Adrenalina, un Beach Club con cabañas con piscinas, y una zona infantil al modo de un pueblo tailandés con piscina de olas.