Resulta evidente que desde la oposición los representantes políticos son elegidos para trabajar por la mejora del municipio.
Por Juan de la Cruz
Pasado un año de gobierno al frente del Ayuntamiento de San Bartolomé Tirajana pareciera –al menos como opinión personal– que el Partido Socialista, con Conchi Narváez al frente, y Nueva Canaria, con Samuel Henríquez Quintana, andan desnortados. Lo que no deja de resultar un hecho frecuente en política. Quizás porque a la sombra, como señala el dicho popular, hace mucho frío.
El balance que han efectuado Marco Aurelio Pérez y Alejandro Marichal, tras un primer año rigiendo el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, y restan tres años más, o sea, hasta 2027, con todos los ediles arropando con su presencia la comparecencia del alcalde y del primer teniente de alcalde, ofreció una imagen de unidad. salvo error, omisión u opinión contraria. Del mismo modo que los dos líderes de la coalición de gobierno presentaron un balance de logros en el que, además de la proyección del trabajo desarrollado por todos y cada uno de los concejales, se dejaron críticas a la herencia recibida, de quienes hoy ocupan los duros asientos de la oposición. Un lugar en el que, para no engañarnos, cuesta trabajo acomodarse.
Pero obras son amores y no buenas razones. La mayor grandeza de la democracia radica en el sufragio ciudadano en las urnas de la libertad y en las que cada cuatro años se pasa revista al programa desarrollado por unos y otros. Y, en función de ello, se conforma el gobierno, tal cual se conforma la oposición.
Pareciera que a la oposición le cuesta trabajo levantar cabeza
Transcurrido este año, a la vista de las circunstancias, de la actuación y de la musculatura política que va exhibiendo cada uno de los cuatro partidos políticos que conforman el Ayuntamiento, la coalición de gobierno, entre el PP-AV y Coalición Canaria, que firmaron un acuerdo rápido, apoyado en la garantía del pacto en el gobierno autonómico entre los dos partidos, ha tomado consistencia, ha cogido aire y camina por la senda que proporciona la acción ejecutiva. Mientras la oposición, PSOE y Nueva Canaria, recogían sus bártulos de los despachos del mando para marcharse a la severa bancada opositora. Pero, que se sepa, aún pareciera que les cuesta trabajo levantar cabeza a la vista de su escasa capacidad de reacción política.
Con el balance del PP-AV y Coalición Canaria sería conveniente que PSOE y Nueva Canaria lo revisen de forma detenida, que saquen conclusiones y que se esmeren en su papel. Porque desde la oposición, evidentemente, se puede hacer y realizar un buen trabajo, con la ciudadanía, con las normativas del equipo gobierno, desarrollando sus programas como partidos en la oposición.
Pero que quede constancia que, más allá del balance del PP y CC, la oposición tiene que asumir los pormenores de su ubicación. Por mandato de la ciudadanía… Y, en función del voto ir actuando en consecuencia.
Pero que quede constancia que tanto desde el gobierno como desde la oposición los representantes políticos son elegidos para trabajar por la mejora del municipio.
Quizás unos van dejando pasar el tiempo con el tema del Congreso del Lujo y otros ya andaban iniciando una pelea fratricida para ir relevando posiciones ya demodés en Nueva Canaria. Por cierto si Nueva Canaria es la «gran hacedora» del Mercado de Maspalomas, como se nos trasladó en su día, ¿cómo se puede entender que el presidente del Cabildo, Antonio Morales, financiador de la obra, y el portavoz de Nueva Canaria en San Bartolomé de Tirajana, Samuel Hernández Quintana, no hayan respondido la menor –a pesar de nuestros ofrecimientos– sobre las numerosas informaciones que ha publicado «maspalomasplus.com«, al respecto, con seis millones de euros de por medio, ocho meses ya, justo hoy de retraso, y ninguna aclaración sobre las irregularidades? Eso no es de recibo. Alguien nos trasladó que Nueva Canarias se anda tambaleando…
La oposición no tiene más remedio y alternativa que ser y hacerse fuerte. Lo que, en honor a la verdad, no siempre resulta fácil. Pero el trabajo y la constancia, junto al rigor, también vale bastante.
Y quien quiera entender que entienda…