El Gobierno de España y de los países de los inmigrantes africanos deben de actuar con la máxima dureza contra las mafias criminales
Los siete fallecidos en la mañana del pasado jueves en El Hierro, con unas imágenes espeluznantes, como tantos otros que se quedan en los caminos del mar, nos lleva a denunciar, una vez más, a la red de las mafias criminales, que operan de forma impune a uno y otro lado de la mar.
Unos desalmados, unos criminales, unos asesinos, ante cuyas redes asesinas y criminales parece que ningún gobierno, ni de los países de origen de los inmigrantes africanos ilegales ni de España, quisiera proceder a actuar con la máxima contundencia y dureza, contra estas bandas que extorsionan de forma salvaje a tantos miles de personas, que a cambio de buenos puñados y cantidades escandalosas de dinero, tratan de salir de sus países y lanzarse a la aventura migratoria.
Unas redes criminales y asesinas
Unas redes criminales y asesinas, hay que llamarlas por su nombre, de un inmenso calibre en sus operativos, que se mueven en sus territorios sin problema alguno, mientras acumulan y apelotonan cruel, inhumana y salvajemente a puñados de hombres, mujeres y niños, en un cayuco, en una lancha neumática, en una patera, que salen a la mar en esas embarcaciones tercermundistas como en las que montan y se arriesgan, gravemente, tantos seres humanos tratando de alcanzar las costas españolas de Canarias.
Unas redes mafiosas, formadas por seres rabiosamente criminales, al olor de los fajos de billetes que se embolsan continuamente y jugando con quienes tantos retos abordan llegando a su destino, sin nada.
Ya es hora de actuar con la máxima firmeza, con la máxima dureza y con la máxima energía contra todos los miembros de estas redes y que caiga sobre ellos todo el peso de la ley.