Aquel Maspalomas en blanco y negro, que les ofrece el periódico digital «maspalomasplus.com», ya, claro es, no existe. Solo, algunos retazos de recuerdos en la memoria de los más mayores. Como esta estampa, cuajada de sabor humano.
Pasa el tiempo. Y ahí queda esa estampa de esa pareja que contempla la hondura del sabor de la playa, el tejido del silencio y la soledad, el run run del batir de las olas, y sus miradas, hacia un panorama que, ya, es imposible divisar…
Aquel Maspalomas queda almacenado en la hemeroteca, que guarda sus misterios y sus estampas, sus imágenes, y ese paulatino crecimiento masificado, salvaje, desordenado, en que hoy vive una saturada Maspalomas… Pero que, sin embargo, consagra un emporio y un imperio turístico de primera magnitud…
Gracias, eso sí, al esfuerzo y la iniciativa de los emprendedores que levantaron, desde la soledad, unas torres de babel que se confunden en decenas de lenguas y que han impulsado a Maspalomas a un lugar de privilegio en el reto turístico español y europeo.
Estampas, ya desaparecidas, que inundan de nostalgia, como señalamos a los más mayores, que, apenas, malamente, almacenan algunas borrosas imágenes como la de esta impresionante estampa que hoy ofrecemos a nuestros lectores.