Desde el 20 de abril han llegado 221 inmigrantes ilegales a Arguineguín. Parece que en el siglo XXI no hay forma de frenar este mercado humano de las mafias criminales

La respuesta quizás no sea difícil. Sencillamente porque no existe la menor voluntad de hacerlo por parte, sobre todo, de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, del rey Mohamed VI de Marruecos, de Bassirou Diomaye Faye, de Senegal, de Mohamed Ould Cheikh El Ghazouan, presidente de la República Islámica de Mauritania, de Alassane Ouattara, presidente de Costa de Marfil y de otros países, lo que no parece más que un inmenso intento de africanizar Gran Canaria y España.ni de los presidentes de otros países de donde llegan, de modo permanente, oleadas de inmigrantes ilegales, vía Islas Canarias, con la mayor normalidad, y que salen, dicen que huyendo, de las graves crisis sociales, económicas, políticas, que encuentran en sus lugares de origen.

Dejemos constancia, antes de seguir adelante, de nuestro sentimiento humanitario y solidario, en pro de la sensibilidad del pueblo español, siempre abierto de pleno a la ayuda, acogida y asistencia ante razones peso y calado en la inmigración ilegal. Una afirmación que sustentamos en lo que representa para el pueblo canario la llegada permanente de inmigrantes.

El hecho evidente es que, día tras día, continúan llegando al archipiélago canario riadas de inmigrantes a bordo de humildes pateras, cayucos, lanchas neumáticas, en virtud de la efectiva operatividad de las más que crueles mafias criminales a ambos lados del océano Atlántico. Que, lamentablemente, nadie parece detectar, en pleno siglo XXI, en la era de la tecnología y de la informática, en unas travesías, a caballo de la mar, entre fríos, calores, comidas, sed, descanso y otras, a bordo de unas barquichuelas, en pleno mar, en medio de unas circunstancias que son y resultan llamativas. Mientras, aún, no somos capaces de encontrar algún dato que abra las vías para la detección y detención del algún capo o cabeza visible de esas mafias criminales en esas aventuras que acaban con expediciones continuadas de marroquíes y de subsaharianos en Canarias.

El de los inmigrantes ilegales que alcanzan las ansiadas costas españolas de las Islas Canarias, a través de vía marítima. Lo que representa todo un reto para las policías de los países que, de uno u otro modo, se encuentran ante esta red de tráfico con seres humanos que se enrolan en estas legiones de inmigrantes… Bien es cierto que siempre están esforzadamente operativas las lanchas de Salvamento Marítimo, como las de Arguineguín, en el sur de Gran Canaria, y todas las islas, Inmigrantes que, de una u otra forma, llegan a España, son acogidos y en algún momento determinado serán nacionalizados españoles.

Toda una amplia problemática en la que sobresale la negligencia, insensibilidad, inacción, dejación de funciones por parte de los dirigentes políticos señalados al inicio de este artículo, de sus colaboradores y de otros.

En este sentido es de señalar que el pasado día nueve de abril el periódico «El Independiente» publicaba una información bajo el siguiente titular: «El Congreso tramitará la regularización de casi medio millón de inmigrantes sólo con el rechazo de Vox«. Del mismo que tampoco se puede dejar atrás la información del pasado 15 de abril , del periódico «The Objetive» y titulada «El Gobierno desconoce la ubicación de inmigrantes enviados desde Canarias a la Península«.

Una noticia, por cierto, que cuando menos hemos calificar de impactante y sorprendente. en la que se subraya que «El Ministerio de Inclusión, Seguridad y Migraciones asegura que no sabe dónde están las 29.000 personas trasladados en 2023«, lo que deja constancia del «descontrol de los procesos migratorios irregulares que sufre España«.

¿Por qué siguen llegando, de forma continuada, pateras, cayucos y lanchas neumáticas a las Islas Canarias?

En el bien entendido, reiteramos, de nuestra mayor solidaridad y sentido humanitario con aquellos inmigrantes que solo pretenden abandonar su país de origen –por circunstancias políticas, económicas y sociales– a costa del egoísmo de los gobiernos africanos y de las respetivas problemáticas que se plantean en Canarias, en España y en numerosas zonas europeas.