Resulta descorazonador que el gobierno de Canarias te sancione por vivir en tu apartamento y no sancionen las tropelías de algunas explotadoras.
Por Juan de la Cruz
Pareciera que Coalición Canaria y Partido Popular, al frente del Gobierno de Canarias y de San Bartolomé de Tirajana, por ejemplo, como es el caso, estén celebrando y felicitándose entre ellos por haber frenado durante tres años las sanciones a los propietarios de un apartamento o bungalow por residir en su propiedad y no entregársela a una explotadora que explote a sus dueños.
Eso no es un desprecio, no. Eso es una ofensa en toda regla de una ley perturbadora, por los intereses que sean, imaginamos que empresariales, y montar un chiringuito, como ahora se dice, a gusto de unos explotadores que han actuado, y aún siguen actuando algunos, de un modo completamente dictatorial, en los complejos turísticos, por el mero hecho de los propietarios hayan decidido residir en su apartamento o bungalow, cuando lo que deberían de hacer los propietarios, según dicta una ley esquizofrénica, es cedérselo a una serie de explotadores, para alquilarlos a su gusto y al precio que marquen a los turistas.
Eso no es una ley. Eso tiene otro nombre, como bien sabemos todos. Una ley para que unos miserables explotadores vivan de puta madre explotando las propiedades de terceros. La pena es que tantos como elogian estas medidas tan irracionales, tan perversas, tan saduceas y tan llenas de trampas, no sean los que padezcan las consecuencias, las sufran y las penen.
Se gobierna muy bien desde las afueras de los problemas
Pretender dañar, tal vez hasta voluntariamente, a los propietarios que residen en apartamentos y bungalows de su propiedad es tratar de expoliar miserablemente a ciudadanos que con hartos esfuerzos, ilusiones y con sus criterios decidieron un día adquirir una residencia en Maspalomas, como hay 17.000 afectados, lesionados moralmente, y un grupo de parlamentarios, con mando en plaza de tiranía, te ordena que no puedes utilizarlo y que se lo alquiles por una miseria a unos explotadores que viven del cuento chino de la explotación con las propiedades de terceros.
Una injusticia cruel, irracional. Pero ya llegarán otros momentos. El mando político va de listo y pareciera que no sean capaces de tomar una decisión, basada en la justicia moral, y determinar que los pisos son de utilidad de sus propietarios. Ni más rollos macabeos ni más historias para no dormir.
La decisión de suspender durante tres años las sanciones y pretender que los dueños de sus viviendas sigan «acongojados» ante un Parlamento que parece de juguete o de un país tercermundista no parece seria.
Pero el hecho evidente es que el que manda, manda. Y en vez de derogar de una vez por todas una ley infame, de la que Alejandro Marichal, secretario local de Coalición Canaria en San Bartolomé de Tirajana primer teniente de alcalde en dicho municipio, ha denominado con toda razón como obsoleta y que habría que derogarla, se supone que lo que debería de haber hecho Fernando Clavijo, presidente de Canarias, es haberla derogado con la mayoría que le sustenta, y no alargar la problemática tres años más… Y tiempo al tiempo.
Y de paso, por supuesto, hubiera sido un gran gesto tender la mano y el apoyo a los que sufren por residir en una vivienda de su propiedad en suelo turístico y viven bajo la espada de Damocles. ¿Por qué no advirtió nadie, pues, a los compradores de una situación tan deleznable, tan lamentable, tan explotadora, nunca mejor dicho contra los probos ciudadanos que tan solo querían hacerse con un apartamento o un bungalow en Maspalomas, donde, por cierto, se dejan sus dineros en supermercados, en centros comerciales, en restaurantes, en centros comerciales, en intendencia y arreglos caseros, en cafeterías y en otros numerosos establecimientos?
Y ahora, ¿qué?
P. D. ¿Es cierto, como señala Nueva Canarias que 17.000 propietarios de bungalows y apartamentos en Maspalomas, y 100.000 canarios pueden ser expulsados de sus viviendas? No hagan declaraciones rimbombantes, please. respondan claramente, ¿Si o no? Pero con la nobleza que se le supone a los altos responsables políticos.
Otrosí: ¿Qué pasa con las tropelías, desmanes, derramas y gastos sacados de la manga en determinados complejos con explotadoras de probos explotados (y propietarios de bungalows y apartamentos), aunque las explotadoras estén sorprendentemente apoyadas «sine qua non» y «sine die» por otros propietarios insolidarios con el resto de explotados, porque ignoran de toda ignorancia qué es lo acaece y sucede en el fondo comercial de las explotadoras? ¿Pasamos revista al historial de las cuentas de las explotadoras que, a la vez, ejercían como administradoras de algún que otro complejo?