«Diez motivos para enamorarse de Gran Canaria» es el título del reportaje que firma Gemma Larrasola en la revista digital «lugaresdeaventura,.com». Un reportaje de un hermoso contenido que hemos recuperado para recrear a los lectores de «maspalomasplus.com», con la inmensa belleza y atractivos de Gran Canaria.
Puerto Aldea de San Nicolás. Gran Canaria. © Patronato de Turismo de Gran Canaria.
Una isla con playas sin fin, naturaleza virgen a explorar, playas, cumbres, pueblos, colores, olores…, y una temperatura ideal durante todo el año. ¿Suficientes razones para enamorarse de esta isla?
Gran Canaria, situada en medio del océano Atlántico cerca de la costa norte africana, está perfectamente conectada con los principales aeropuertos europeos. Ir es tan fácil como lo es disfrutarla. Playas, picos, montañas, barrancos, fondo marino, botánica, antropología. Cada cual puede darle a su estancia el tono que prefiera. Pero lo que está asegurado es el contacto con la naturaleza; belleza, que invade; y disfrute de la tradición son solo algunas de sus muy particulares claves y encantos.
1. El termómetro, un grandísimo aliado
La climatología de Gran Canaria es más que agradable. La situación geográfica es fruto de uno de sus privilegios y esta, combinada con los vientos alisios, hace que la temperatura media anual sea de 24 grados. La Isla, de origen volcánico y forma casi circular, tiene uno de sus emblemas naturales en el centro. Se trata del Pico del Pozo de las Nieves, el macizo de mayor altitud de la Isla (1.949 m). “Es el gigante que vigila”, dicen en Gran Canaria. En todo caso, sí es un elemento que caracteriza su peculiar orografía, razón que también contribuye a su calma climática, que invita a programar actividades sin miedo al mal tiempo.
2. Naturaleza tan insólita como espectacular
Una de las máximas que Gran Canaria tiene muy clara es que hay que preservar el territorio y, por ello, casi un 50% está protegido. Por tanto, consecuencias positivas: el nivel de pureza medioambiental es extraordinario. Su origen volcánico marca gran parte de la tónica paisajística. El paisaje “huele” a azufre y sal. A mar y montaña. A volcanes. Sus bosques, con flora endémica, son uno de sus adornos.
3. Las playas, casi una forma de vida
Gran Canaria tiene 236 kilómetros de costa con 60 kilómetros de playas. Las hay de muy distintas. Desde las de arena rubia tranquila hasta las de dunas cambiantes. Desde las más íntimas del norte a las que tienen fantásticas piscinas naturales, donde el agua está totalmente quieta.
El litoral es uno de los tesoros que acompaña y marca totalmente a los isleños, una joya que los habitantes de la Isla comparten con los visitantes desde muchas generaciones atrás. Y cómo están orgullosos de ello. Dicen en Gran Canaria que las playas son el patio de recreo de los isleños. El lujo es que en Gran Canaria ir a ese patio es posible durante casi todo el año. Por eso, no son solo forma de vida para los pescadores, lo son también para todo isleño.
4. El lujo de practicar deporte al aire libre todo el año
La combinación de clima envidiable y una extensa red de senderos que recorren la isla ofrece un escenario ideal para los deportistas y también para los que no lo son tanto, pero saben apreciar cuán increíble es practicar deporte en parajes sobrecogedores como los que ofrece la Isla. Lugares para caminarlos, pero también para recorrerlos en bicicleta, parando para admirar.
Y, para los que prefieren el agua, en el mar, a elegir: surf, windsurf, kitesurf; o pesca deportiva y submarinismo. El disfrute, tanto sobre el agua como bajo ella.
5. Un lugar inolvidable para los peques
Sí, para los peques, y en consecuencia para las familias, hay un montón de cosas que hacer. Es cierto que la Isla cuenta con tantos contrastes y entornos que los niños, mientras se rodean de aire puro, pueden sentirse exploradores, arqueólogos, biólogos, deportistas…
6. Historia, cultura y ocio, un combinado perfecto
La historia prehispánica de Gran Canaria continúa latiendo seis siglos después de la conquista. El pasado aborigen es conservado con celo en parques arqueológicos y museos que también recogen el mestizaje cultural que reina en la Isla. Cristóbal Colón hizo escala en Gran Canaria camino de América dejando una huella imborrable de la que aún se preservan curiosos vestigios.
7. Sabor a mezcla en la mesa
La gastronomía de Gran Canaria sabe a heterogeneidad. Sencillez o sofisticación. Es alegre como lo son sus gentes.
¿Sabías que Gran Canaria es el único lugar de Europa en el que se cultiva café? Pues nadie se va de la Isla sin saberlo y, no solo porque se pueden ver sus plantaciones, sino porque los grancanarios se encargan de recordarlo con satisfacción. A su explicación, unen la de que poseen un icónico ron elaborado en la bodega más antigua del continente.
Y para acompañar el café (o no) una excelente repostería tan tradicional como sus platos de pescado o sus productos de la huerta, que aseguran deliciosos menús.
8. Un destino de paréntesis
Gran Canaria propicia tiempo de descanso, momentos de relax, cuidado físico, meditación, salud… Ofrece un amplia oferta de wellness con servicios específicos y, sobre todo, oferta amaneceres, puestas de sol, sonido de olas, quietud frente a barrancos, risas en la playa, de tapas en un puerto… Todo eso que nos aleja de la rutina.
9. Una capital de contrastes y cosmopolita
Los barrios de Vegueta y Triana de Las Palmas de Gran Canaria identifican, en su centro histórico, el pasado colonial de la Isla. Calles, callejuelas, plazas, balcones, puertas, iglesias…, para paseos de aquellos que invitan a admirar.
Cerca de esa mirada al pasado, el Puerto de la Luz, uno de los principales centros de actividad económica. También muy cerca, al otro lado del istmo de La Isleta, el punto de encuentro: Las Canteras, una de las mejores playas urbanas del mundo. Pasado y presente. Modernidad y cosmopolitismo.
10. Pueblos que destilan espíritu isleño
Visitar los pueblos grancanarios, ya sea en las cumbres o en la costa, es acercarse al espíritu isleño. Algunos de ellos como Agaete, Mogán, Teror o Tejeda son de los que diríamos “imperdibles”.
Gente amable, hospitalaria, mercados semanales, puertas de entrada a interesantes excursiones, tradición a flor de piel.