Alguien, no se sabe con qué intención, pero no la mejor, desde luego, ha despertado de modo polémico el tema de los complejos extrahoteleros que abundan por la zona, en los que una Explotación, nunca mejor dicho, administra, un complejo en el que se combina la explotación de bungalows con las residencias habituales de propietarios.

Un tema que hay que abordar en su justa dimensión, cuando tantos propietarios han sufrido y padecido, durante años, extrañas administraciones, carentes de información y de datos justificativos, en el algunos se han puesto el mundo por montera, las explotaciones y sus explotadores, sin dar el menor dato sobre las cuentas de esos extraños complejos mixtos, que, sin antes tenían alguna razón de ser. Hoy, ya no. Salvo que sus propietarios lo decidieran. Y no unas Explotaciones con sus bungalows de arrendamiento turístico decadentes, obsoletos, descuidados. Y que, para conocimiento de todos, no tienen nada que ver con los de los propietarios que los habitan legalmente.

Y ahí es donde les duele a las Explotaciones y sus explotadores. Las cosas claras y el chocolate espeso.

Un debate, si quieren entrar algunos aprovechados de siempre, que se creen dueños de unas explotaciones, en las que solo pintan algo para aprovecharse, de los arrendamientos y de esa extraña mezcla de convivencia, clientes turísticos, que son aves de paso, y propietarios, en su libre ejercicio e utilizar su propiedad. Digan lo que quieran decir Agamenón o sus porqueros.

En ese tema se debiera revisar en cuantas Explotaciones de tales complejos cumplen con la meticulosidad de la ley como imperativo legal. Que ya se sabe que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento.

¿Se puede polemizar desde Explotaciones que no cumplen los mínimos requisitos legales como el de que para que las mismas coexistan con la Comunidad de Propietarios deben de contar con la mitad más uno de los bungalows totales del Complejo? ¿Están igualmente de presentables unos bungalows que otros? No. ¿Quién o quiénes llevan las cuentas de esa mezcolanza de diversidades, que ya, hoy, resultan atípicas? ¿Qué se pretende ahora removiendo aguas? ¿Alarmar con que 50.000 propietarios salgan de sus viviendas legales? ¿Privilegiar a las Explotaciones?

Dejen de mirarse el ombligo de la superioridad los que no han sabido adaptarse comerciales y de necesidades a la modernidad y evolución de estas zonas turísticas y dejen en paz a sus propietarios, muchos de ellos extranjeros, muchos de ellos canarios, que conviven armónicamente. No sea que reviente la caja de los truenos.