Ya es hora de que el rey Mohamed VI y Pedro Sánchez pongan fin a la impresionante tragedia humana de la inmigración ilegal que llega todos los días, desde las aguas marroquíes, sin ningún problema.

La llegada continúa y permanente de pateras, cayucos y lanchas neumáticas con un montón de hombres, mujeres y niños, que alcanzan un día sí y otro también las costas canarias es una muy grave responsabilidad. Un muy grave responsabilidad por el que miles de seres humanos, víctimas de las mafias de largo alcance, que nacen, sobre todo en Marruecos, con conexiones en Canarias, tras unas largas y duras travesías y aventuras dramáticas llegan con el alma desgarrada al archipiélago.

Un problema de carácter político, ante el que el rey Mohamed VI de Marruecos y Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, sí saben, pero no quieren poner freno ni impedimento bajo ningún concepto, por los motivos que solo ellos sabrán, en el transcurso de sus conversaciones de largo alcance, ahora que llevan un tiempo de intensidad y acercamiento. A raíz, sobre todo, de la Operación «Pegasus«, con largo alcance en el teléfono de Pedro Sánchez. Y, como consecuencia, las cesiones, una tras otra, del presidente español.

Desde entonces Pedro Sánchez y el «hermano» marroquí, toda una falacia, se han abrazado en términos e intereses políticos, en términos e intereses económicos, en términos e intereses migratorios, sin tener en cuenta ni la problemática canaria, una comunidad autónoma que figura en los furgones de cola de los registros socioeconómicos y laborales de España, ni la tragedia de esos inmigrantes, con destino a ninguna parte, y que, poco a poco, van expandiéndose por los lugares más recónditos de España. Todo ello en el transcurso de una serie de operaciones que no hay forma humana alguna de entender, más que la de la intervención de unos grupos mafiosos, organizaciones de severo alcance, que hacen pagar a los aventureros marroquíes, senegaleses y otros fuertes cantidades de dinero, y que tampoco nadie alcanza a comprender de donde sale. Y, así mismo, la inhibición, la dejación de funciones, la irresponsabilidad del rey Mohamed VI de Marruecos y de Pedro Sánchez.

Hoy mismo, domingo, 20 de agosto, el periódico OKdiario.com, en lo más alto de los índices de seguimiento y lectura en España, publica una información titulada «Marruecos vuelve a desafiar a España: Incluye a Ceuta y Melilla en un mapa oficial de su territorio«, señalando que lo ha hecho en su embajada en Madrid, donde ha colocado un mapa de su territorio en el que incluye a sendas ciudades autónomas. Juan José Imbroda (PP), presidente de Melilla, ha estallado este domingo ante tal «agresión» y ha exigido al Gobierno de Pedro Sánchez «una protesta formal«, denunciando que esta acción de la legación diplomática magrebí en España supone un ataque a la integridad territorial de la nación española. También ha expuesto que «es otra agresión hostil de Marruecos a España situando en un mapa oficial a las españolas Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla» y dejando constancia de que «el próximo 17 de septiembre Melilla cumplirá 526 años de pertenencia a España, 459 años antes de la independencia de Marruecos», en 1956.

La inmigración permanente de tantos africanos genera un daño terrible en España. Sin embargo y desde la hospitalidad, la generosidad y el acogimiento humanitario se inician una serie de movimientos que solo la policía y la guardia civil podrá conocer. Pero el hecho evidente es que esa lluvia permanente de inmigrantes se van diluyendo por todas partes de la geografía española, hasta en los últimos rincones de Extremadura o de las dos Castillas, adonde llegan nadie sabe cómo ni a través de qué procesos.

Diferenciando a los inmigrantes legales, sus derechos, su integración y el respeto a sus tradiciones y costumbres, a los ilegales, podemos señalar que con amigos como el rey Mohamed VI de Marruecos, y con las bazas que tenga en su poder, tal como se produce en el cambio logístico, político y estratégico de Pedro Sánchez, por las razones que él solo pueda albergar en su conciencia, ya no hacen falta enemigos.