El lunes llegaba una nueva patera a aguas de Arguineguín, con ochenta y seis personas subsaharianas, que se lanzaron, como tantos, a la aventura en los países occidentales, cruzando el escenario y la travesía de la mar; a veces, pacífica, a veces, violenta. Siempre, misteriosa.

En los últimos meses la llegada de pateras al sur de Gran Canaria resulta una constante, como tiempos atrás. Una delicada constante. Pero, más allá de las circunstancias políticas, sociales, económicas, y otras, que se viven en los países de los inmigrantes, sorprende, que bien avanzado el siglo XXI, con los extraordinarios avances de la tecnología, Pedro Sánchez, todavía presidente del Gobierno de España, y Mohamed VI, rey de Marruecos, que ostenta el título de Comendador de los Creyentes, entendemos que son los máximos culpables de esta impresionante invasión en aguas españolas de la abundante llegada de cayucos, de lanchas neumáticas, de pateras, de embarcaciones tercermundistas, que, en ocasiones, producen, como ocurre desde hace quince días, con la desaparición inicial, en la espera y esperanza de que sea una cuestión temporal , de más de doscientos senegaleses en una embarcación perdida en alta mar.

¿Puede entenderse que los servicios y las fuerzas de vigilancia no sean capaces de detectar las fugas y el éxodo de los inmigrantes, que se arriesgan, desesperadamente, huyendo de sus tierras, en la esperanza de adentrarse en un futuro mejor que el que se les ofrece en tierras africanas?

A lo que se ve, nadie pone ni quiere poner el más simple remedio, ni tan siquiera la menor voluntad, como los citados Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, y Mohamed VI, rey de Marruecos, sin que se les remueva lo más mínimo la conciencia ante el terrible drama humano que se genera y desborda en la inquietud y en la lucha drama moral de los inmigrantes. Al margen, claro es, de otra larga serie de circunstancias, de donde arrancan las iniciativas de los inmigrantes.

Por cierto. ¿Por dónde se andan todos los inmigrantes que llegan a Arguineguín y a las Islas Canarias, la mayoría jóvenes y fornidos, en muchos casos auténticos atletas, como apreciamos con frecuencia por el sur de Gran Canaria, además de los que se ven frecuentemente vendiendo baratijas por las playas, como bolsos, gorras, camisetas, pulseras, relojes…? Pues pocos son, por no decir ninguno, los que aparecen en andamios de obras, en faenas agrícolas o ganaderas, o en otros trabajos al alcance de todos y que persiguen tantos españoles en paro…

Se trata del drama de la inmigración que no acaba de detenerse, por la sencilla razón de que Pedro Sánchez y Mohamed VI no quieren acabar con este dilema, por una serie de razones que no alcanzamos a comprender bajo ningún concepto…

Mientras el periodista Mario Cortijo, del periódico digital «Voz Populi«, uno de los más prestigiosos e influyentes de España, como ya dejábamos constancia expresa el pasado sábado de un excelente y profundo artículo titulado: «Marruecos huele el cambio en Moncloa«, en el que señalaba que «El cambio de tendencia es claro: el número de inmigrantes llegados a Canarias se ha disparado un 64% desde que Sánchez decidiera convocar elecciones el pasado 29 de mayo».

Después del debate de anoche ante las elecciones generales del próximo 23-J, entre Alberto Núñez Feijóo, líder de la oposición, y un Pedro Sánchez nervioso, inquieto, sudoroso, desacertado, mintiendo constantemente a lo largo de todo el debate, como es su tónica habitual, interrumpiendo permanentemente a su oponente, con una desconsideración y falta de respeto, como presenció la audiencia… Un presidente del Gobierno que se desencajó del todo cuando Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular, le mencionó su alianza con Bildu, el brazo político de ETA, la ley del «Solo sí es sí» y toda una amplia y larga serie de cifras y datos con los que abochornó a un presidente del Gobierno desquiciado y fuera de sitio, en decadencia…