Un Complejo entre atipicidades donde los propietarios tampoco disponen de una llave de puerta de emergencia.

El pasado 9 de marzo, durante la Asamblea Ordinaria anual del Complejo Campo Golf, se impuso una candidatura avalada por la Explotadora. Lo de casi siempre. Hasta el extremo de que el mismo, también casi siempre, ha estado administrado, sorprendentemente, tanto en la parte turística, como en la de los propietarios, por la Explotadora. Una situación anómala y extraña. Pero así ha sido hasta que un grupo de propietarios luchando contra viento y marea logró la segregación de la Comunidad de la Explotadora.

Tras dicha asamblea una de las primeras decisiones de la nueva junta directiva –dos de cuyos tres miembros, presidente y vicepresidente, apenas pisan por el Complejo– ha sido que la administradora procediera al cambio de la cerradura de la puerta de servicio, estropeada desde los tiempos de Mary Castaña. Aunque funcionar, eso sí, funcionaba. Una gran y primera medida de una Junta muy «preocupada» por las problemáticas del Complejo.

Sorprendentemente la administradora ordenó el cambio de la misma a un jardinero de la Comunidad de Propietarios, entre cuyas funciones, como bien debe de saber la misma, no se encuentra la de cambiar una cerradura, y, menos aún, el de proceder a un trabajo para una empresa ajena, como es la Explotadora. Menos, aún, todavía, cuando la Explotadora cuenta con un trabajador de Servicio Técnico. para sus dependencias. Y, aún menos, cuando la administradora procedió a su llegada, todavía no hace ni un año, a establecer y determinar las funciones de los tres trabajadores dependientes de la Comunidad de Propietarios, que, anteriormente, ejercían labores polivalentes que extralimitaban, con mucho, su profesión.

Item más: La llave de referencia se la entregó, hace siete u ocho meses, el gerente de la Explotadora al anterior presidente de la Comunidad de Propietarios, que, a su vez, se la facilitó a unos cuantos comuneros, que han estado utilizando la misma durante estos últimos meses. En todo caso ¿para qué se la facilitó, entonces, el gerente de la Explotadora?

Los argumentos utilizados por parte de la administradora han sido que «por el mal uso de ella se ha roto y como era de esperar la empresa dueña de esta, no ha querido arreglarla ya que no han sido ellos la que la ha estropeado» . (La redacción es textual). ¡Carape…! Un montón de años abriendo la puerta de servicio todos los días unas cuantas veces para diferentes destinos, obras diversas, entrada de material para reparación, rehabilitación y cambios en bungalows, de servicios para un restaurante en el interior del Complejo, de camiones descargando material y otros muchos servicios… Pero la culpa, salvo error de interpretación, es de los escasos propietarios que utilizaban dicha puerta desde hace unos cuantos meses, ya que habían estropeado la cerradura de la puerta de servicio situada en terrenos de la Explotadora.

Sin embargo la llave de la nueva cerradura ya no se entregó a los propietarios que, como malos colegiales, han sido castigados a no disponer de la llave citada. La factura correspondiente, claro, a la Comunidad de Propietarios. Lo de casi siempre. Llama aún más la atención, por cierto, que los propietarios carecen de la llave de una puerta de emergencia, a pesar de que ha sido reclamada en diversas ocasiones. Pero lo de siempre.

Más allá de la anécdota sobre cuestiones internas: Si el gerente de la Explotadora entregó la llave al ex presidente, y éste dio una copia a unos cuantos propietarios interesados en la misma ¿por qué no se facilita la llave de dicha puerta a los propietarios? ¿Cómo puede ser un simple cambio de una cerradura que funcionaba, la primera medida de una Junta Directiva con la numerosa serie de problemas y de interrogantes que giran alrededor de un Complejo con amplias polémicas e irregularidades? Por qué la administración culpa de la cerradura estropeada a los propietarios, que, por cierto, la llevaban utilizando tan solo desde agosto o septiembre pasado? Menos mal que aún les queda a los propietarios la entrada por la puerta principal, que, también, casualmente, está en propiedad de la Explotadora, aunque los comuneros pueden pasar por la misma por aquello del derecho de servidumbre…

Un Complejo en el que hace dos años un grupo de propietarios forzó una asamblea extraordinaria. Tras su celebración la Explotadora pasó al cobro, casualmente, o no, un recibo extraordinario por un importe de 135.489,77 euros, sin factura alguna que amparase el mismo, más allá de un ininteligible concepto denominado «Factura por Regularización según acta de Comunidad». Más llamativo es que la factura contaba con el visto bueno del entonces tesorero y hoy, no obstante, vicepresidente. Sin embargo, ante la exigencia de un grupo de propietarios solicitando que la Explotadora presentase los correspondientes respaldos y asientos justificados y justificativos de la cantidad especificada, a lo largo de una tensa y dura batalla con la Explotadora, la misma no tuvo más remedio que retirar el recibo.

No obstante el grupo que posibilitó la retirada de ese intento de cobro por parte de la Explotadora presentó una demanda contra el tesorero, y, en señal de buena voluntad, decidió retirarla meses después ante la celebración de la Asamblea del pasado año 2023 buscando una figura de consenso con el presidente que saldría elegido en la nueva Junta, en un difícil año y con continuas tensiones forzadas por el resto de la Junta Directiva, todos ellos, ex vicepresidente, y dos ex vocales, identificados única y exclusivamente con la Explotadora. Tras la Junta de marzo pasado el presidente acaba de ser sustituido por otro que ya lo fuera durante un montón de años, opaco, desconocido por completo en el Complejo, aunque, eso sí, claro es, de total confianza de la Explotadora. Y viceversa. El cuento de nunca acabar.

Tan es así que desde la llegada del mismo el grupo de propietarios reivindicativos le ha remitido tres correos una serie de diversos y completos informes y propuestas sobre el hoy y el futuro del Complejo. Pero pasan los días y el mismo permanece callado ante las inquietudes de la Comunidad de Propietarios.

Lo anterior da paso a dejar constancia de que existe una serie de atipicidades e irregularidades en el funcionamiento del Complejo Campo Golf, como se ha expuesto en numerosos escritos por parte de ese grupo de propietarios reivindicativos. Un Complejo, con mando en plaza de la Explotadora, por el apoyo absoluto de algunos propietarios y alguna propietaria que, confundiendo y distorsionando determinadas cuestiones a otros comuneros, que apoyan totalmente, de modo aunado y absoluto a la Explotadora, incluso en los errores, por encima de los intereses de la Comunidad de Propietarios. Y lo que resulta aún, todavía, peor, a pesar de conocer las numerosas irregularidades existentes en el Complejo.

Tras ello tan solo señalar que la Comunidad de Propietarios «Bungalows Campo Golf» debe de ser una de las muy escasas en las que hay algunos propietarios y propietaria que, por motivos desconocidos, instrumentalizan numerosas cuestiones, con versiones totalmente distorsionadas de la propia realidad, y que, con su actitud, proceden a ir en contra de los intereses comunitarios… Lo que ya de por sí resulta sorprendente, paradójico y hasta paradigmático.

Cosas veredes, Nicomedes. Más c´est la vie y tiempo al tiempo.