La amplia avenida que llega desde el Hospital San Roque hasta el Palacio de Congresos, denominada como Mar de Siberia, sufre, en su palmeral un descuido manifiesto y peligroso.

Una avenida moderna, amplia, bien trazada, que se encuentra con un palmeral que no es, precisamente, el mejor ejemplo de cuidado, aseo y decoro. Una zona que con las palmeras bien cuidadas, podría ofrecer una mejor imagen. Pero entre el amplio vacío y desierto que se ofrece a ambos lados, sin ningún aliciente para la vista, tan siquiera, ni un banco, ni un parquecillo, ni una señal de vida, más allá del trasiego automovilístico, más el olvido y el abandono de las palmeras, lo que podría imprimirle un aspecto de mejor presencia, no deja de ser, tan solo, una seca vía de tránsito.

Ayer mismo se desprendía una rama seca de una palmera, con el consiguiente riesgo que conlleva para los conductores…

La hoja de la palmera caída ayer, de muerte súbita, yace sobre el asfalto y el jardincilllo que separa las dos partes de la calle

Pero una rama caída ayer, accidentalmente, cuando pasábamos por allí, nos llevó a recorrer con la vista, paulatinamente, ese palmeral… Y la imagen, entre el verde diluido de su abandono y sus numerosos y secos ramajes, no resultan, precisamente, la mejor tarjeta de presentación para una zona que va a desembocar en uno de los puntos neurálgicos del área turística de Maspalomas.

La imagen descubre un montón de ramas que se van secando y resecando día tras día…

Si los responsables técnicos de la concejalía de Parques y Jardines se dieran un paseo por el citado lugar quizás enrojecieran con las numerosas ramas moribundas, a las que solo une a la palmera un mínimo, pequeñísimo hálito de vida, como son, a la vez, numerosas, las ramas que se encuentran yacentes en el suelo. Unas esparcidas por allá y acullá, de forma anárquica; otras, agrupadas, por el lateral derecho, según se sube hacia el hospital. Lo que genera, al tiempo, además de una mala imagen, un riesgo de incendio, por una simple colilla.

Una mala imagen para propios y visitantes, como tantos lugares dejó abandonados el anterior gobierno. Y que ahora tendrá que solventar, lo antes posible, el equipo actual, que prometió dedicarse en cuerpo y alma a mejorar todo lo ampliamente mejorable que les legó Conchi Narváez, la anterior alcaldesa.

Ayer, con el desprendimiento de una rama grande, nos detuvimos, con cierto detenimiento, en un paisaje tristemente descuidado, con ejemplares de árboles sin ninguna rama, y otros con numerosas ramas cuajadas de abandono, de sequedad, con aires desierto…

Una palmera con muy escasas hojas y que supura sequedad en todo su cuerpo

¡Qué lastima que un paseo tan agradable, como el que podría ser el ya citado, no resulte más que un decadente espacio de terrenos al albur de los destinos y sin ninguna estampa agradecida, tan solo el de un montón de palmeras abandonadas de pleno abandono…!