El director insular de Emergencias, Federico Grillo, ha participado en la elaboración del documento y en la creación de una estrategia común para una gestión más eficaz de los siniestros.

El Cabildo de Gran Canaria se ha adherido a la Declaración sobre la gestión de los grandes incendios forestales en España, impulsada por la Fundación Pau Costa, en cuya elaboración ha participado el director insular de Emergencias, Federico Grillo, y en la que se identifican las necesidades existentes en esta materia y se concretan los compromisos y las acciones a acometer de forma urgente para hacer frente a estos siniestros, muchos de los cuales ya ha asumido y está llevando a la práctica la Corporación grancanaria.

Y es que todas las instituciones que se han sumado a esta iniciativa manifiestan ser conscientes de que el cambio climático agrava a diario el problema de los grandes incendios forestales, que cada vez son más intensos y conllevan consecuencias ecológicas y sociales sin precedentes, por lo que es preciso emprender actuaciones que combatan esta situación.

Así, argumentan que es preciso disponer de paisajes vivos, diversos, resistentes y resilientes a los grandes incendios forestales, y, para ello, recalcan que «hay que demandar que la sociedad sea corresponsable y asuma el riesgo inevitable de convivir con el fuego, puesto que la falta de gestión del paisaje lleva a escenarios indefendibles ante situaciones de grandes y simultáneos incendios forestales«.

Inciden, asimismo, en que se debe exigir que los servicios de extinción y de prevención puedan trabajar en paisajes seguros, tanto para ellos como para la sociedad, y ponen sobre la mesa la urgencia de gestionar anualmente, como mínimo, el 1%1 de la superficie forestal nacional (260.000 hectáreas), con una financiación de 1.000 millones de euros cada año.

También hacen hincapié en la necesaria planificación del territorio, mediante el fomento de la heterogeneidad del paisaje y la promoción de la conservación de la naturaleza. Del mismo modo, consideran prioritario gestionar de forma preventiva al menos el 25% de todas las áreas de interfaz urbano-forestales de España, a fin de garantizar la seguridad de la ciudadanía, y urgen a las administraciones y a las y los residentes afectados a desarrollar planes de autoprotección de urbanizaciones e infraestructuras.

Igualmente, en la Declaración se insta a potenciar un mundo rural vivo, con un sector primario medioambientalmente sostenible, y a fomentar el consumo de productos locales y la puesta en valor de los productos forestales, así como a adoptar medidas económicas, como la disminución de la presión fiscal para habitantes y gestores del mundo rural y la asunción del pago por servicios ecosistémicos por parte de la sociedad.

Las instituciones firmantes, además, atribuyen un carácter prioritario a la conservación de la biodiversidad y sostienen que se debe garantizar su compatibilidad con la gestión para la prevención de incendios forestales.  Y, de la misma manera, subrayan que la preservación y gestión de los espacios naturales protegidos tiene que contemplar actuaciones de prevención de incendios, en las que se identifiquen las zonas estratégicas de actuación y se asegure la conservación de sus valores y servicios ambientales.

Por último, defienden la relevancia de que hacer converger las visiones urbana y rural sobre los escenarios actuales de grandes incendios forestales, mediante la investigación, la educación y la comunicación, y demandan que se legisle en políticas estatales, europeas y sectoriales,  anticipar, garantizar y financiar la necesidad de atender prioritariamente la gestión preventiva del territorio.

Consenso para una gestión efectiva de los grandes incendios forestales

En este escenario, los miembros de la denominada ‘comunidad de incendios forestales’ revisaron, actualizaron y establecieron un nuevo enfoque común, en aras de una efectiva y segura gestión de los incendios forestales. Y lo hicieron en un foro que se desarrolló los días 29 y 30 de marzo de 2023 en Madrid, en el que 58 personas de distintos perfiles y visiones profesionales y sociales deliberaron sobre la manera más sostenible de afrontar estas situaciones a corto, medio y largo plazo, y consensuaron las directrices de la gestión de incendios forestales, no solo en España, sino en todo el ámbito europeo.

Como resultado de ese trabajo, se identificaron los ejes temáticos y los retos a abordar. En concreto, en lo que respecta a la gestión de los ecosistemas forestales, se plantea crear una alianza para una gestión forestal adaptativa de los espacios forestales ante los grandes incendios. En cuanto a la planificación territorial, se propone proyectar paisajes diversos, resistentes y resilientes, que ayuden a una gestión más segura de estos siniestros. En relación con las comunidades rurales, se llama a potenciar un mundo rural vivo, con un sector primario de alto valor socioambiental y viable, que contribuya a generar regímenes de incendios más sostenibles. Y en lo relativo a los usos y a la ecología del fuego, se defiende recuperar la función del fuego como proceso natural de los ecosistemas.

El reto de la comunicación, la educación y la sensibilización se centra en ofrecer herramientas a la sociedad para aprender a convivir con el fuego; el del conocimiento y necesidades en la extinción se basa en recuperar la iniciativa de los incendios forestales, y, por último, el vinculado a los escenarios futuros a medio y largo plazo aboga por preparar a la sociedad y al territorio para los episodios extremos de incendios forestales.

Finalmente, las y los expertos tomaron en consideración dos ejes transversales, íntimamente interrelacionados con los anteriores: la política y gobernanza, para el que el reto pasa por corresponsabilizar a todos los actores implicados en la gestión de los incendios forestales; y la conservación de la naturaleza, cuyo objetivo debe ser garantizar que la gestión para la prevención de incendios sea compatible con la conservación de la biodiversidad e integrar las actuaciones preventivas como elementos clave para la preservación de los espacios naturales protegidos.