La tragedia ha vuelto a las aguas canarias con la muerte de dos personas y la desaparición de otras treinta, cuando, una vez más, numerosos inmigrantes trataban de alcanzar las costas de Canarias, Una lamentable tragedia, ante la que, como sucece siempre, nadie se responsabiliza.

En esta nueva ocasión, la lancha neumática, como suele suceder habitualmente, fue localizada hacia las 8 de la tarde de ayer, a través de una llamada telefónica de socorro, comunicando su situación en el mar.

Esta mañana, a primera horas los esforzados servicios de Salvamento Marítimo procedían a localizar y recuperar, al menos a dos primeros cadáveres, mientras todo hace indicar que son una treintena de personas las que se encuentran desaparecidas.

La embarcación, una de esas embarcaciones que salen en busca de la aventura, sin mayores ni mejores medios de ayuda, había zarpado con sesenta personas a bordo y que habían procedido a zarpar de Cabo Bojador, en el Sahara. La lancha, sin embargo, pudo ser localizada a unos 150 kilómetros en el sur de Gran Canaria gracias a los trabajos, siempre esforzados, de los héroes de Salvamento Marítimo, aunque el rescate, según todas las informaciones, trataba de coordinar Marruecos, desde donde cuyo centro de coordinación en Rabat se confirmaba que la patrullera, conocida como «Al Mansour«, había procedido al rescate de 24 inmigrantes en dicha lancha, aunque parte de ellos se encontraban ya en el agua y en unas condiciones y en una situación bastante complicada.

Por otra parte, el helicóptero español Helimer 201, que salió desde Canarias, ha encontrado el cuerpo de un menor, al que trasladarán a Gran Canaria.